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Los jóvenes que hace un par de semanas se examinaban de la EBAU ya tienen la calificación que les permitirá entrar en la carrera que quieren. A la hora de sopesar la elección que marcará en parte su futuro intervienen diferentes factores. No sólo la vocación forma parte de esta ecuación, también las opciones laborales y el porvenir profesional que les espera juegan un papel muy importante a la hora de escoger una carrera universitaria. De hecho, algunas primeras opciones son desechadas por la baja empleabilidad que presentan y los futuros universitarios optan por grados cuyas salidas profesionales sean más accesibles de cara al futuro.
En la Universidad de Salamanca, los grados que mayor afiliados a la Seguridad Social presentan al año de egresar son los que se encuentran dentro de los sectores de Ingeniería y Arquitectura y Ciencias de la Salud. Según los últimos datos que presenta la USAL, el 68,44% de los estudiantes encuentran trabajo después de finalizar los estudios y el 39,7% lo hacen después del primer año. Un porcentaje que aunque parezca bajo, resulta de la media de aquellos grados que más incorporaciones presentan y los que menos. Por ejemplo, las carreras de Artes y Humanidades presentan un porcentaje del 16,4% de afiliados a la Seguridad Social y las de Ciencias un 17,2%.
Contrarresta en cambio con las carreras relacionadas con Ingeniería y Arquitectura (63%) y Ciencias de la Salud (50,5%). Unos resultados que coinciden con el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie que ordena los principales títulos universitarios en función de la tasa de empleo de sus graduados a los cinco años de la licenciatura. En este análisis se destapa que los grados con mejor futuro profesional son Medicina, Informática y el ramillete de las ingenierías más tecnológicas e innovadoras.
El trío mencionado a nivel nacional se traspasa también a los últimos datos que ofrece la USAL. El 93,10% de las personas que estudiaron el grado en Medicina en la Universidad de Salamanca trabajan en la actualidad, y de ellos, el 65% encontraron su empleo a través de oposiciones o concursos públicos. El 37,93% cobra entre 24.001 Y 30.000 euros y supera a la media de las retribuciones respecto al resto de grados que ofrece la USAL: el 20,73% cobra menos de 9.000 euros y el 13,02% cobra entre 24.001 y 30.000 euros. En la rama de la salud, también destaca la empleabilidad en carreras como Fisioterapia (91,67%) u Odontología (100%).
Las ingenierías también tienen una gran aceptación en el mercado laboral. Se sitúan como una de las opciones con mayor tasa de empleabilidad en cualquiera de sus vertientes. Según el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie la especialización que mayor tasa de empleo tiene es Ingeniería Electrónica (97,5%), Telecomunicación (97,1%), Ingeniería de Organización Industrial y Nanotecnología (96,7%) e Ingeniería Aeronáutica (96,6%). Por ejemplo, la Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, la Informática, de Materiales que imparte la Universidad de Salamanca tiene un 100 por 100 de tasa de empleabilidad.
Frente a esta realidad, está la otra cara de la moneda. La cola del ranking de estudios la ocupan Historia del Arte, Arqueología, Bellas Artes o Restauración. De hecho, la rama de Artes y Humanidades es la que menos ocupación tiene entre los egresados de la Universidad de Salamanca con un 42,1%. y la retribución económica también es insuficiente en relación a otras carreras: la mayoría cobra menos de 9.000 euros. En concreto, de los datos publicados por la USAL se extrae que algunas de los grados con menor tasa de empleabilidad son Historia del Arte (42,86%), Estudios Alemanes (25%), Pedagogía (43,75%) o Bellas Artes (32%).
La mayoría de las empresas lo que solicitan para concluir la contratación es la experiencia profesional previa, cualidades personales y por último, el uso de las TIC's. Estos factores mejoran la retribución económica, la promoción profesional y abren la posibilidad de acceso a nuevos trabajos. Con ello también se puede aumentar el nivel de responsabilidad en el trabajo. El 73,86% de las personas recientemente tituladas no tienen responsabilidad sobre otras personas y el 62,2% no está satisfecho con el nivel de retribución.
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