La vuelta a la vida universitaria de Salamanca desde cuatro provincias españolas

Septiembre. Mes de reencuentros, de vuelta a la rutina, de horarios y mochila al hombro. Y en el caso de Salamanca, el mes de vuelta al ambiente universitario. Durante los meses de verano, la ciudad nota la ausencia de los estudiantes y el comienzo de las clases supone también dotar de aire fresco a las calles salmantinas. Una relación mutua entre la capital que recibe a la juventud y la juventud que ve en esta capital «la ciudad universitaria perfecta».

Eso sí, no todos los detalles del regreso son apetecibles y es que dar con un piso que contenga las tres B: 'bueno, bonito y barato' se vuelve para los estudiantes un quebradero de cabeza. Los alquileres de habitaciones han aumentado en Salamanca un 10% de cara al inicio de curso y aunque muchos de ellos comienzan a buscar opciones a principios del año -precisamente para evitar estas subidas las semanas previas- dar con una buena opción resulta realmente complicado para los cientos de estudiantes que provienen de otras provincias.

Es el caso de Pedro, estudiante de quinto de Medicina procedente de Huelva. «Hicimos cuatro visitas por inmobiliaria pero si buscas opciones más económicas y un piso decente, es imposible», comenta. En su caso, unos amigos que dejaban el piso le comentaron esa opción y se decantaron por ella. «Al final te fías más de lo que te recomienda alguien que conoces», asegura. Dar con una vivienda que cumpla con las expectativas dentro de un precio razonable es cada vez más complicado.

Testigo de esta compleja situación es también Fernando, también cursa Medicina y este año se ha enfrentado a la ardua tarea de buscar piso en Salamanca. «Llevaba desde el primer año en un piso con unos amigos, y ahora al cambiar nos hemos dado cuenta de que están mucho más caros». En sólo cinco años, el precio de una habitación en Salamanca ha subido cerca de 100 euros. «De pagar unos 200 a 270», comenta. Y 'agradecidos' por haber dado con una opción que no es un «zulo». «La verdad es que los pisos están desastrosos y tienes que pagar algo más para, al menos, tener una vivienda digna», confiesa.

Para muchos, sobre todo el primer año, la mejor opción es una residencia o colegio mayor. «La gente opta por esta opción para conocer gente y ya haces un grupo y, para otros años, te vas a un piso», esos son los pasos que siguió María, de Ciudad Real, estudiante de cuarto de Medicina que también ha sufrido las cara B de la vida universitaria. «Hay ofertas de pisos muy pequeños, o muy viejos o que te piden mucho», asegura. En su caso comenzó a buscar por marzo y reconoce que tuvieron suerte en encontrar una «buena opción» rápido.

Ahora ya esperan graduarse en ese piso porque lo bueno, no se suelta. Aunque suba el precio anualmente como es el caso de Marina, procedente de Zamora, también estudiante de la Facultad de Medicina que a pesar de las subidas no encuentra opciones mejores. «Escuchas a otros compañeros que les cuesta mucho encontrar y cuando das con un sitio donde estás a gusto aceptas esas condiciones», añade.

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