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Voluntarios en una recogida de pélets en playas de Galicia. EFE
Tiktok, Whatsapp e Instagram para limpiar las playas de pélets

Tiktok, Whatsapp e Instagram para limpiar las playas de pélets

Los voluntarios para limpiar el vertido del Toconao se organizan a través de las redes sociales y las apps de mensajería instantánea

Lunes, 15 de enero 2024, 06:57

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Quizá Chus Nartallo no se imaginaba la repercusión de su vídeo en Tiktok «Unpopular opinion» sobre la recogida de pélets en Galicia. Como tampoco se esperaba Beatriz, gestora de la cuenta de Instagram de Prado Surf Escola. «Lo publiqué hace una semana y se ha convertido en viral», asegura al otro lado del teléfono Beatriz. El post pedía voluntarios para limpiar las playas de las «boliñas del barco», explica la experta en redes sociales. «En poco tiempo conseguimos 2.000 me gusta y recibimos llamadas desde todos los puntos de España», añade.

Una búsqueda en ambas redes ofrece cientos de resultados de voluntarios con coladores, guantes y cubos con pallets en su interior. Entre las cuentas se encuentran algunas con numerosos seguidores como Xurxo Carreño, artista gallego, con casi 7 millones de seguidores en Tiktok; o Blondie Muser, creadora de contenido y bióloga, con casi 2 millones de seguidores en esa misma red social. «A mí la información de lo que estaba ocurriendo me llegó a través de Blondie», explica Beatriz. En esta ocasión, los influencers llegaron con los primeros pélets y los mensajes por Whatsapp empezaron a llegar.

El 13 de diciembre, la Asociación Noia Limpa localiza la primera bolsa en la playa de Espiñeirido, en Ribeira (provincia de A Coruña), y da aviso al 112. En ese momento, numerosas organizaciones ecologistas, ayuntamientos y ciudadanos se organizan en redes sociales para frenar una nueva amenaza. La historia se repite: la sociedad gallega baja a sus playas a defenderlas y limpiarlas. «El desastre no es como el Prestige», asegura Begoña y su marido que viven a apenas dos kilómetros de la Playa de Talón cerca de Finisterre. «Sí, hay boliñas», afirma a través de una videollamada desde la misma arena. «Pero cuando el Prestige todo esto estaba negro, era un desastre y no se podía respirar. Aunque esto también es malo», puntualizan ambos.

Imagen de la Playa Tacón en Galicia. Begoña

Unos kilómetros más arriba donde vive Begoña bien saben qué es un desastre ambiental. A 25 kilómetros de Finisterre, el pueblo de Muxía recuerda otro 'accidente'. Hace 20 años, el Atlántico tiñó de negro sus playas, sus rocas, sus aves, su peces, su marisco y su vida. Frente a estas costas, el Prestige se hundió. «El impacto visual fue muy notable», detalla Xosé Manuel Pereiro, periodista y escritor. «Ahora no se ve tanto».

Los pélets caídos de los contenedores del Toconao tienen menos de 5 milímetros de tamaño y «al ser transparentes no se ven muy bien», aclara Begoña. A pesar de ello, un ejército de voluntarios, colador en mano se han acercado a muchas playas de la fachada atlántica gallega. «Ni nuestras playas, ni Galicia, son un vertedero», denunció a principios de la semana pasada la organización Fridays for Future a través de un comunicado. «La catástrofe que ocurrió en 2002 no puede repetirse en nuestras costas ni en ninguna otra», añadían.

AP

Esta comunicación llegó después de un post en Instagram y así los voluntarios se reunieron. «Creo que es más útil usar las redes para estos casos, que para otras muchas cosas triviales que subimos en el resto de ocasiones», afirma Chus Nartallo, que ha sido una de las tantas voluntarias que se ha agachado a recoger pélets. «Hay carencia en la falta de organización. Mucha gente me está preguntando cómo se están organizando las batidas y lo que hacemos a través de las redes es coordinar», añade Beatriz.

La primera comunidad de WhatsApp creada se saturó a los pocos días (existe un límite de 5.000 usuarios por comunidad y 1.024 por grupo). Como respuesta, se creó otra comunidad paralela en la misma red social y otro grupo de difusión en Telegram. Esos son los canales a través de los que los voluntarios y voluntarias se coordinan para recabar información y limpiar las playas. «Ahora una foto o un vídeo con el móvil tiene mayor repercusión», destaca Pereiro. «Yo recuerdo la época del Prestige enviar SMS y usar listas de correo electrónico», añade.

Hasta el momento, se ha recuperado de las playas el equivalente a 90 sacos de pélets, de 25 kilos, según explicó la Consellería de Medio Ambiente en un comunicado. «Se trata de una recogida muy complicada por la enorme dispersión de estos materiales», asegura Greenpeace en una nota hecha pública este fin de semana. Además, la organización ecologista pide «colaboración entre las administraciones» y una «mayor transparencia e información» sobre la gestión de los pélets y su composición.

La lucha por el medioambiente se vuelve viral

¿Cómo explicar qué es la COP28 en menos de un minuto y medio? ¿Cómo hacer activismo ambiental en 140 caracteres? ¿Cómo contar la actualidad climática con el trend del momento? A esto se dedican jóvenes como Ecodiuku, Ecointensa, La loca del táper o Climabar. Los millenials y la genZ son los primeros en entender la crisis climática y los más activos en la lucha contra la inacción. «Durante la pandemia nos dimos cuenta que algo estaba fallando en la comunicación y nos pusimos a ello», explica Carmen Huidobro, creador de Climabar. «Mientras unos hacían bizcochos, nosotras lanzamos el canal», añade.

Ellas cuentan con casi 60.000 seguidores en Instagram. Diego Ferraz-Castiñeiras (Ecodiuku) divulga a través de X y Twitch. «La clave es contar la crisis climática con cosas cercanas y no hacerlo desde un prisma negativo», detalla Huidobro.

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