Colita, la fotógrafa humanista y sin medias tintas
La muestra póstuma 'Antifémina' rescata el combativo discurso de esta pionera del feminismo junto a los textos a Maria Aurèlia Capmany
En 1977, cuando la palabra empoderada no existía y feminista era poco menos que un insulto, dos combativas y comprometidas pioneras barcelonesas se aliaron para retratar y contar la cruda realidad de la mujer en una España anclada aún en un pasado de tintes carpetovetónicos. La fotógrafa Colita, Isabel Steva Hernández en su DNI (1940-2023), y la escritora Maria Aurèlia Capmany (1918-1991) anudaron sus talentos en 'Antifémina', un libro que publicó la Editora Nacional cuando la dirigía Ángel Sánchez-Gijón, padre de Aitana Sánchez-Gijón. Poco después fue retirado y declarado subversivo por la misma editorial pública, dirigida ahora por un estricto guardián de la moral franquista.
Casi medio siglo después las imágenes de Colita y los textos de Capmany se reúnen de nuevo en la exposición homónima que el Círculo de Bellas Artes de Madrid acoge hasta el cinco de mayo. Es la primera con imágenes de Colita tras el fallecimiento de la fotógrafa, el 31 de diciembre de 2023, y el último proyecto en el que trabajó, lo que la convierte en un homenaje póstumo a su trayectoria.
«En estas imágenes está el sustrato de los miles de años en que las mujeres han vivido en una situación de anormalidad», asegura el comisario de la muestra, Francesc Polop, gestor del archivo de Colita. Ha rescatado un centenar de instantáneas que aún hoy son el espejo de la «terrible situación de la mujer española en el tardofranquismo».
Unas fotos que no han perdido ápice de intensidad y en las que vemos a las mujeres en muchos roles: madres, hijas, novias, esposas, modelos, trabajadoras, putas o monjas. Mujeres retratadas «por una fotógrafa humanista, con una visión crítica a quien interesaban la gente y la calle y que no soportaba las medias tintas», señala el comisario.
Colita fotografió «con cariño y compasión» a mujeres de diferentes estratos sociales, desde las gitanas del Somorrostro y Montjuïc, entonces zonas marginales, a trabajadoras en la fábricas, ancianas y enfermas ingresadas en asilos y frenopáticos, modelos que encarnaban un artificial y servil glamur, prostitutas del sórdido barrio chino o monjas de clausura «que elegían el convento para eludir los riesgos de la vida».
Polop trabajó con Colita en la recuperación y la restauración de los negativos originales. Gracias a esa labor, la muestra ofrece una selección de 94 de las 176 fotos del libro, reeditado por Terranova en 2021. La combativa Colita –rechazó el Premio Nacional de Fotografía en 2014 y se negó a estrechar la mano del ministro José Ignacio Wert– trabajó hasta el final de sus días en esta exposición que no pudo ver montada.
Valentía
Define el comisario a las autoras de 'Antifémina' como «dos mujeres que no tuvieron miedo y se lanzaron al ruedo de la vida cuando hacerlo era muy difícil». «Se empeñaron en vivir, trabajar y ser libres cuando se vituperaba a las feministas», destaca Polop. En aquellos años de grisura «se propusieron reivindicar el papel de la mujer en una sociedad machista representando la vida cotidiana de esos seres que consideran marginados, la 'subversiva' realidad que la mujer arrastraba desde siempre».
Con la exposición se rescata un libro que, según dice en el prólogo Marie Nash, «confronta el imaginario colectivo patriarcal con discursos textuales y visuales rompedores que subvierten el canon que había proyectado lo masculino como norma universal y excluido a las mujeres de las grandes narrativas». El libro y la muestra se dividen en diez capítulos que abordan en tono crítico y didáctico la vejez, el matrimonio, el trabajo, la religión, la prostitución, la cosificación, la marginación, las modelos, el disfraz y el piropo.
Polop gestiona buena parte del archivo de Colita. La fotógrafa lo fue cediendo parcialmente a distintas instrucciones catalanas, pero mantuvo con ella el 30% de su obra. Las imágenes que Colita eligió y que ahora atesora Polop. «Ella creía que los archivos eran mausoleos, pero sabía que también sirven para difundir la obra además de conservarla», apunta el comisario.
Payasa lúcida
Tras abrirse la muestra, en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes se depositó el jueves junto a 'Antifémina' otro de los libros más queridos de los muchos que realizó Colita: 'Luces y sombras del flamenco'(1975) con textos de José Manuel Caballero Bonald. También la caja sorpresa que se debía abrir tras su muerte, con una foto de ella disfrazada de payasa, una pequeña cámara de fotos, una pajarita y una narizota roja. «Tómate la vida en serio, haz tu trabajo, pero no dejes de ser un payaso, decía», recordó Polop.
Colita siguió en su inicios los pasos de maestros como Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Francesc Catalá Roca o Leopoldo Pomés, que acabaron siendo compañeros y grandes amigos. Como ellos, recorrió las calles de Barcelona tomando el pulso a la ciudad a través de sus gentes.
Memorables son sus retratos de Gabriel García Márquez, de Joan Manuel Serrat para la portada de 'Mediterráneo', de Carmen Amaya, de Orson Welles de Joan Miró y de toda la 'Gauche Divine'. Muy comprometida en lo político, también fotografió el encierro de Montserrat, la muerte de Franco y las manifestaciones políticas de la Transición. Su compromiso feminista estuvo claro muy pronto y colaboró como editora gráfica de la revista 'Vindicación feminista'.
Sus imágenes aparecieron en el revistas como Fotogramas, Interviú, Cuadernos para el diálogo, o Telexprés. Realizó más de cuarenta exposiciones y publicó más de 70 libros de fotografía. Sus fotos están museos como el Nacional de Arte de Cataluña o el Reina Sofía.
Polifacética escritora, dramaturga, pedagoga, actriz y política, Maria Aurèlia Capmany fue una adelantada en la lucha por los derechos de la mujer, que situó en el centro de su carrera literaria y docente. Fue autora de ensayos como 'Feminismo ibérico' (1970), 'De profesión: mujer' (1971) o 'Carta abierta al macho ibérico' (1973) todos antecedentes claros de 'Antifémina'.