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Ricky Rubio pasará a la historia como uno de los jugadores más talentosos del baloncesto español pero más allá de las canchas, también se recordará su figura y su experiencia vital por una loable labor para acercar al público y divulgar la importancia de la salud mental en el mundo del deporte profesional.
El base fue presentado como nuevo jugador del Barça en un evento junto a Joan Laporta y pesos pesados de la sección azulgrana como Josep Cubells y Juan Carlos Navarro. Aprovechó la ocasión para hablar del proceso personal por el que ha atravesado en los últimos meses, en los que permaneció alejado de la competición para cuidar su bienestar psíquico.
«Desarrollé un estrés crónico y tenía que regularlo. No le puse etiqueta de ansiedad o trastorno. Tenía síntomas de problemas de salud mental, pero quería entenderlo», explicó el talento del Masnou sobre su situación cuando el pasado verano decidió abandonar la concentración de la selección española previa al Mundial y dejar a un lado el baloncesto de forma indefinida. «Cuando lo dejé me sentí la persona más cobarde del mundo. El jugador se había comido a la persona y no sabía muy bien quién era», añadió sobre aquella valiente decisión.
«La ayuda es clave en un proceso así. La salud mental, sí. Tiene opiniones. Pero hablar de ello es una victoria para la sociedad. Todos en algún momento necesitamos ayuda», aseguró Ricky Rubio, que regresó al parqué después de varios meses y en una señal de agradecimiento eligió para su vuelta la camiseta de la selección española, aquella que no pudo lucir en el Mundial, un torneo en el que estaba destinado a ser referencia de La Familia. «La federación pudo haberme obligado a jugar y no lo hizo. Me dieron ayuda y espacio, y es increíble volver», desveló.
Aunque sin victoria, los dos partidos de clasificación para el Eurobasket con España le han servido para rodarse y mostrar que su talento sigue ahí, intacto a pesar de la falta de ritmo competitivo. Anotó once puntos ante Letonia en Zaragoza y cuatro frente a Bélgica en Charleroi, pero más allá de lo numérico se dejó notar su condición de líder del equipo por experiencia y jerarquía.
«Pensé que el baloncesto se había acabado, pero trabajé y espero que ayude a las personas que lo pasan mal. He estado en la oscuridad, pero se sale de ella», dejó como conclusión el nuevo base azulgrana, que ahora tiene por delante el regreso al club en el que brilló entre 2009 y 2011, conquistando el Viejo Continente antes de dar el salto a la NBA. Ricky Rubio podría estrenarse con el Barça esta misma semana, en el duelo de Euroliga el viernes ante el Mónaco en el Palau.
En sus manos puede estar la clave del salto de calidad para el proyecto liderado por Roger Grimau en el Barça, que hasta ahora ha sido superado por el Madrid en la Copa del Rey y la Supercopa, pero que mantiene el pulso en la ACB y la máxima competición continental, dos competiciones de máxima exigencia para que Ricky recupere el brillo, con el Preolímpico y unos hipotéticos Juegos de París en el horizonte.
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