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La Guardia Costera de Maryland recupera los restos del globo R.C.
EE UU afirma que el globo derribado era parte de un «gran programa de vigilancia» chino

EE UU afirma que el globo derribado era parte de un «gran programa de vigilancia» chino

Tras su rescate en el Atlántico, los restos del dispositivo están en manos de la Inteligencia estadounidense, que cree que Japón, India, Vietnam, Taiwán y Filipinas también han sido espiados

T. Nieva

Miércoles, 8 de febrero 2023, 17:17

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Estados Unidos asegura que el aerostato derribado el sábado frente a las costas de Carolina del Sur es, tal y como pensaba el Pentágono, un globo-espía. El rescate de los restos de aguas del Atlántico ha permitido desvelar, según fuentes de la Casa Blanca, que el aparato pertenecía al Ejército Popular de Liberación y presumiblemente llevaba varios años en ejercicio dentro de un «gran programa de vigilancia» desarrollado por el gigante asiático.

La Inteligencia estadounidense concluye que «lo que han hecho los chinos es tomar una tecnología increíblemente antigua y básicamente unirla con comunicaciones modernas y capacidades de observación», según han señalado fuentes de la Administración al 'Washington Post'. Mediante este sistema, Pekín habría vigilado áreas de interés militar o estratégico en Japón, India, Vietnam, Taiwán o Filipinas. El Gobierno estadounidense ha comenzado a ponerse en contacto con los países aliados para informales de sus descubrimientos. Hace dos días, antes de que los militares pudieran llegar a la sonda abatida, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, ya celebró una reunión con 150 funcionarios de 40 embajadas para informarles sobre cómo China espía supuestamente con la ayuda de aerostatos.

El Pentágono considera que el Ejército chino dispone de un centro para el lanzamiento de estos globos en una base situada en la isla de Hainan, enfrente de la costa sur del país. Esta base se hizo muy conocida en 2001 cuando un avión espía de EE UU y un caza militar chino se rozaron en el aire, ocasionando uno de los incidentes más graves ocurridos en décadas entre las dos potencias. El caza se estrelló en el mar, causando la muerte de su piloto, mientras que el aparato estadounidense, una sofisticada máquina de vigilancia electrónica dirigida por 24 tripulantes, se vio forzado a aterrizar en Hainan. Tras múltiples negociaciones diplomáticas, la Casa Blanca –entonces dirigida por el presidente Bush– consiguió que Pekín liberase a todos los miembros de la tripulación evitando su enjuiciamiento por espionaje. Lo que no logró el presidente es que una delegación de expertos asiáticos entrara y examinara su avanzado EP-3 Aries II, una aernonave de reconocimiento de la Marina capaz de mapear y suministrar informaciones muy detalladas de amplias zonas territoriales.

El Gobierno de Xi Jinping no ha respondido a las informaciones militares americanas sobre su aerostato. En las últimas horas ha mantenido su versión inicial de que el aparato que sobrevoló Alaska, Canadá y hasta 3.000 kilómetros de territorio estadounidense antes de que el Pentágono lo derribase con un misil era en realidad una sonda meteorológica. Pekín ha acusado a Washington de destruir una propiedad suya y ha reclamado los restos de la cápsula.

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