El Congreso estrecha el cerco sobre Trump pero elude profundizar en su posible conducta penal
El presidente de la comisión especial sobre el asalto al Capitolio afirma que «no es su trabajo» recomendar cargos, aunque la republicana repudiada Cheney dice que aún no lo han decidido
caroline conejero
Corresponsal. Nueva York
Martes, 14 de junio 2022, 22:55
La explosiva segunda sesión pública de la comisión especial del Congreso estadounidense que investiga todo lo que ocurrió en torno al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 mostró como el entonces presidente Donald Trump, mucho antes de su derrota en los comicios de noviembre ante Joe Biden, tramaba ya un plan 'b' para aferrarse al poder, basado en una campaña de difusión de mentiras sobre un presunto fraude electoral. El testimonio de su círculo íntimo, incluidos miembros de su campaña electoral y su familia, y hasta el propio fiscal general en aquel momento, Bill Barr, mostró con una evidencia unánime que el magnate neoyorquino había sido informado de su derrota electoral, y aun así, optó por declarar una supuesta victoria y embarcarse en una campaña para impedir la transferencia de poder.
En el curso de las dos audiencias de este proceso político celebradas hasta ahora y excepcionalmente bien presentadas, la Comisión ha mostrado a los norteamericanos con suma eficiencia narrativa los resultados de su investigación sobre el intento de golpe de Trump y sus aliados, que culminó con el asalto al Capitolio. La vicepresidenta de la Comisión, Liz Cheney, ha utilizado a menudo el término «ilegal» para describir las acciones del expresidente que constituyen delitos de Estado y contra la Constitución.
Aun así, la Comisión mostró cierta diferencia de opinión ante la creciente presión de la prensa sobre la posible decisión de recomendar cargos penales contra Trump al Departamento de Justicia, que es precisamente lo que se espera que se derive de esta investigación. La respuesta de su presidente, Bennie Thompson, a los periodistas el lunes, a quienes declaró que recomendar cargos «no es el trabajo de la Comisión», sino indagar sobre los hechos y hacer recomendaciones, solo añadió más confusión a una gran parte del público escéptico de que alguna vez se procese a Trump penalmente.
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Parece contradecir, además, la gran expectación surgida tras la ingente evidencia hecha pública por la propia Comisión. Con todo, el comentario fue rechazado por otros miembros del panel, incluida Cheney –repudiada ahora por los republicanos por las críticas severas que ha vertido contra su líder-, que tuiteó que la Comisión no ha decidido todavía sobre si se harán recomendaciones. En medio de la creciente presión pública para que Trump sea imputado por incitar un intento de golpe y otros delitos, el actual fiscal general, Merrick Garland, ha afirmado estar siguiendo las audiencias de la Comisión, con cuyos informes espera contar cuando termine la investigación.
Garland señaló el lunes su deseo de que el Departamento de Justicia investigue cualquier acusación creíble de actividad delictiva por parte de Trump. Aún así, el fiscal general, que ha estado en comunicación con la Comisión, tendrá que esperar como todo el mundo para conocer todos los resultados de la investigación celosamente guardados por el panel.
«Parodia de juicio»
Por su parte, Trump respondió este martes con una diatriba de 12 páginas en la que acusaba a los demócratas de intentar distraer la atención del país de problemas internos como la inflación y el precio de la gasolina. En este sentido, tachó el trabajo del Congreso en este caso de «burla a la justicia» y acusó a la comisión especial de «destrozar» sus derechos constitucionales en una «parodia de juicio». De paso, eso sí, adelantó el anuncio de su próxima candidatura presidencial.
A pesar de que la mayoría de la evidencia contra él proviene de las declaraciones de sus propios aliados republicanos y de miembros de su familia, Trump arremetió contra los demócratas y repitió una vez más la falsedad de que las elecciones de 2020 fueron manipuladas a favor de Biden. Para tratar de explicar por qué era su propio entorno el que había puesto en tela de juicio su actuación durante esos tensos días, el expresidente alegó que fueron «sometidos a horas de inquisición» mientras sus vidas eran «revolcadas». «Fueron silenciados, amenazados y, en ocasiones, arruinados», insistió en su queja.
Por su parte, Rudy Giuliani, abogado personal de Donald Trump en su última etapa, criticó a Liz Cheney por mencionar que la noche electoral estaba embriagado cuando promovió la idea de declarar la victoria de Trump, un hecho corroborado por el testimonio de varios republicanos que analizaban los resultados para el expresidente esa noche. Lo cierto es que quien fuera alcalde de Nueva York y destacado representante del partido fomentaba todas las conspiraciones de Trump mucho antes de esa noche electoral.
Ivanka Trump, también presente en esas reuniones, reveló que había tensión durante la noche electoral después de que Fox News, la cadena de televisión aliada de Trump, declarara, antes que cerrase el proceso, que Biden había ganado el crucial Estado de Arizona.
Polémicas donaciones
El 'yernísimo' Jared Kushner, también asesor presidencial, declaró que sugirió diplomáticamente a su suegro que no se alineara con las descabelladas conspiraciones de Giuliani. Kushner, que, en los días anteriores al ataque, seguía un curso en línea para aprender a escribir sus memorias, se encontraba en un vuelo de regreso de Arabia Saudí el día del asalto al Capitolio. Durante su viaje consiguió una suculenta donación de los saudíes a un fondo de inversión 'fantasma', a pesar de no reflejar solvencia y de solo contar con Kushner como único inversor.
El Congreso reveló el lunes como la familia Trump continuó haciendo dinero de forma fraudulenta después de haber perdido las elecciones a base de recaudaciones masivas de pequeños donantes a través del país. En total, la campaña de Trump recaudó 250 millones de dólares para un supuesto fondo de defensa electoral, que nunca existió, y que fue transferido a familiares del magnate a través de sus organizaciones.
Un fraude similar al del consejero presidencial y estratega político Steve Bannon a través de fondos destinados a la construcción del muro fronterizo, por el que fue detenido e imputado, aunque nunca llegó a ser juzgado tras recibir el perdón presidencial de Trump.
El tema del fraude a miles de pequeños donantes ha levantado ampollas entre el público estadounidense. Continuará haciéndolo a medida que salgan a la luz hechos como el que, Kimberly Guilfoyle, la novia de Donald Trump Jr., recibió un pago de 60.000 dólares por apenas tres minutos de introducción al mandatario en la concentración de la plaza de la Elipse que precedió el ataque al Capitolio.
La tercera audiencia pública de la Comisión planeada para el miércoles fue pospuesta finalmente, aparentemente por problemas técnicos. La siguiente reunión se celebrará el próximo jueves. Una pausa que concederá tiempo al público norteamericano para digerir los resultados de esta extraordinaria investigación histórica.