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OLATZ HERNÁNDEZ
Miércoles, 5 de octubre 2022, 10:38
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La Unión Europea trabaja estos días para aprobar el octavo paquete de sanciones a Rusia, tras la escalada de la agresión contra Ucrania. Los referéndums ilegales en las regiones ocupadas, la movilización de 300.000 reservistas y las amenazas nucleares hacen temer que la guerra esté entrando en una nueva fase «más peligrosa», ha destacado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ante el pleno del Parlamento Europeo. «La guerra no puede acabar por el cansancio de Occidente. Nuestro apoyo a Ucrania tiene que ser inquebrantable porque su seguridad está ligada a la nuestra».
El alto representante ha destacado que Europa ha reducido sus importaciones y exportaciones a Moscú lo que está ahogando su economía y su capacidad para financiar la guerra. «La dependencia energética europea era una gran condicionante de nuestra política exterior de cara a Rusia», ha reconocido Borrell. Y es que el continente importaba cerca del 41% del gas que consumía de este país, una cantidad que ahora se ha reducido al 7,5%.
Las noticias desde el campo de batalla «también son buenas para Ucrania», con avances en las regiones ocupadas por las fuerzas rusas. «Rusia sigue teniendo la superioridad numérica y de fuego, pero las fuerzas ucranianas están luchando de forma muy inteligente y ágil», ha destacado Borrell. Sin embargo, a medida que Moscú va perdiendo posiciones y se va sintiendo acorralada, «entramos en un escenario temible de una guerra convencional que envuelve a una potencia nuclear que amenaza con usar este tipo de armas».
Es ahora cuando el apoyo a Ucrania es más importante que nunca y «debe ser inquebrantable», ha insistido el alto representante. «La guerra hay que ganarla en el campo de las ideas. Rusia está defendiendo una narrativa de que las consecuencias de la guerra se deben a las sanciones europeas y está creando mucha confusión». El Kremlin también espera que el invierno y la falta de suministro de gas presionen a los países europeos, a sus economías y hogares. «Putin cree que las democracias son débiles, que no soportarán el invierno, los cortes de suministro y los altos precios».
Es por ello, ha dicho, que la voluntad europea y el apoyo a Ucrania deben ser más fuertes que nunca. «Putin debe renunciar a sus ambiciones imperiales y la guerra debe acabar asegurando la paz, con Ucrania recuperando su integridad territorial y su soberanía», ha destacado y ha añadido que Europa exigirá responsabilidades por los crímenes de guerra. Mientras dure el conflicto, «la UE dará ayuda diplomática y militar a Kiev. No es momento de dudar. La sociedad europea está pagando un precio, pero merece la pena pagarlo», ha insistido.
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