
El bar de Salamanca más extravagante con 200 cervezas distintas y billetes que empapelan las paredes
El bar Erasmus abrió sus puertas en el centro de la capital hace ya tres décadas y Ramón ha hecho de su local, un increíble rincón de recuerdo
Entras y no sabes dónde mirar. Hay tanto estímulo en su interior que cualquier observación más minuciosa obliga a dejar de prestar atención a otros detalles igualmente interesantes. Es lo que tiene este bar de Salamanca: su extravagancia hipnotiza. Han pasado tres décadas en las que han ido construyendo esta esfera imantada, y el objetivo es que sigan cumpliendo años y llenando de recuerdos cada rincón. «Empezamos a funcionar como un bar de copas», recuerda Ramón Benito, el propietario del 'Erasmus'. Al cabo de apenas unas semanas se dieron cuenta de que tenían que diferenciarse para conseguir el éxito. «Si no, cerrábamos».
Afortunadamente, dieron un giro a la idea y se propusieron ser uno de los establecimientos de Salamanca con más variedad de cervezas. «Tenemos más de 200 diferentes», asegura. De todas las partes del mundo. De hecho, la carta de cervezas es una presentación para perderse y una oportunidad para viajar a través del paladar. Y es que las ganas de conocer el mundo e intentar que sea casa para cualquiera que cruce la puerta tienen mucho que ver con su esencia. «Tengo la suerte de estar casado con una holandesa, y un día decidimos abrir un bar holandés», explica Ramón.
Bares con historia
Esas raíces holandesas sentaron la base de querer compartir una oferta internacional. También de ahí el nombre. Todos aquellos estudiantes de fuera de España que vienen a Salamanca encuentran en el 'Erasmus' su nido perfecto. De hecho, «todos los trabajadores son estudiantes y algunos Erasmus», asegura Ramón. Un espacio acogedor que invita a hacer un tour por su interior. Y la primer señal de que, efectivamente, tienen esos orígenes está en la decoración de la entrada: las típicas casas holandesas hechas a mano. Una casa por cada mesa y, de fondo tras las casas: unas partituras. «Eso está puesto porque lo vi algún sitio y para que no se quedara en blanco», añade.
De inspiraciones está lleno el bar y también de recuerdos. Como las dedicatorias que hay bajo los cristales de las mesas de personas de cualquier parte del mundo que quieren dejar en el 'Erasmus' su huella. También se ve el paso de cientos de personas foráneas en los billetes que empapelan las paredes. Y lo cierto es que cualquier cosa tiene hueco en el 'Erasmus': «Si me das ese micrófono, lo cuelgo y ya es decoración», bromea. Aunque quizás lo dice en serio porque el establecimiento es un buen ejemplo de esa afirmación.
«Si me das ese micrófono, lo cuelgo y ya es decoración»
Además de todo aquello que les regalan, también adorna las paredes con su propia cosecha. Como las matrículas de la terraza -«cada vez que voy de viaje traigo una», comenta- o los marcos en el techo que le recuerdan a una época pasada. «Antes teníamos una tienda de marcos y se me ocurrió ponerlos ahí», indica Ramón. También las bicicletas que cuelgan guardan una historia detrás. Vienen precisamente de Holanda y son una seña de identidad del local. De nuevo, una referencia a esos orígenes aunque no solo se ven en la decoración, también en el sentimiento.
Ramón recuerda la final de la Copa Mundial de Fútbol de 2010: Países Bajos contra España. El gol de Iniesta. La alegría de unos y el llanto de otros. «Mis hijos tenían la camiseta holandesa, pero como ganó España se la cambiaron», recuerda entre risas. Ahora que la selección acumula victorias, la camiseta titular es siempre la de España. «Ahora ya vamos ganando terreno», explica entre risas.
El 'food truck' de un Citröen y 'Perro Sánchez'
Parece que el tour no acaba nunca entre las paredes del 'Erasmus'. En la terraza también esconde un rincón especial. Una 'food truck' que es en realidad un Citröen convertido en un original dispensador de cócteles corona la terraza. Y si original es la instalación, también lo son las bebidas que preparan. Una de ellas, especialmente demandada: 'Perro Sánchez'. «El soporte es un perro y luego en el vaso ponermos el cóctel, es el que más se pide», asegura. Entre broma y broma hacen de este oasis un lugar divertido. Esa es la intención con la que abrieron, y tras más de tres décadas, se puede afirmar que lo han conseguido.
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La anécdota estrella del 'Erasmus'
Un plato volador
Una mesa próxima a las escaleras le sirve a Ramón para contarnos una de las anécdotas del 'Erasmus'. Esa mesa ya es una anécdota en sí: bajo el cristal, se pueden observar preservativos de todo tipo, algún 'feliz cumpleaños' y artículos de confusa procedencia. Ahí es donde él aprovecha para trabajar pero justo donde él se sienta, hace unos años, un plato cayó del cielo. Bueno, de la escalera. Ahí tienen la cocina y sin saber cómo, un plato les cayó desde arriba a los comensales reventando en el centro. Afortunadamente, no les pasó nada. Eso sí, luego para Ramón fue un apuro cobrarles aunque «el negocio es el negocio», bromea.
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