

Secciones
Servicios
Destacamos
Silvia G. Rojo
Martes, 13 de junio 2023, 08:39
La vida del campo se ha visto alterada en los últimos días por los ecos que llegan desde la ciudad. Las campañas de saneamiento y, especialmente, los protocolos que se llevan a cabo para atajar la tuberculosis bovina han entrado de lleno en el debate político nacional una vez que el nivel de las protestas ganaderas han subido de intensidad. Los ganaderos aseguran que condenan «cualquier acto violento» después de las imágenes que dejó la movilización que se produjo ante el Servicio Territorial de la Junta en Salamanca, que llevó a un enfrentamiento entre ganaderos y policías. Pero también observan con asombro cómo se habla con «ligereza» de sus producciones o cómo, incluso, se les acusa de tratar de envenenar a la sociedad.
«Hay que ser muy manipulador para pretender dar esa imagen de que queremos envenenar a nadie», explica Ángel Calderero, un ganadero asentado en la localidad salmantina de Aldea del Obispo. «Los primeros consumidores de carne somos los propios ganaderos, tenemos un sistema que garantiza sobradamente que la carne que llega al consumidor es lo más sana y natural que se puede, eso es evidente».
Noticia Relacionada
La tuberculosis bovina explicada en cinco puntos
Silvia G. Rojo
En su explotación en extensivo, a muy pocos kilómetros de la raya con Portugal, conviven casi 500 animales, repartidos en muchos lotes y numerosas hectáreas. Las mañanas en el campo suelen ir al mismo ritmo, hay que echar de comer al ganado, atenderlo, que dicen en la zona, y ya por la tarde dedicarse más al cuidado de lo que son las propias infraestructuras.
Ángel podría haber elegido cualquier otro lote pero se decanta por el de moruchas, donde conviven unas 50 cabezas de ganado de esta raza autóctona de Salamanca. En el caso de la capa negra, está en peligro de extinción. «A estas vacas les echamos toro charolés y sacamos animales que son f1 (cruce de dos razas puras), usamos las madres para hacer animales cárnicos, sacamos terneros que luego se ceban».
Están los 365 días del año en el campo: «Les ayudamos en épocas de penuria, verano o invierno, cuando no hay alimento, el resto del año están aquí aprovechando lo que da el campo: la bellota, el pasto y la hierba».
El campo es agradecido en ese sentido, después de la dura sequía que se arrastra desde hace meses, las lluvias de las últimas semanas han hecho que la hierba rebrote. «No nos lo imaginábamos a estas alturas del mes de junio y después de acabar mayo completamente seco, pero la lluvia ha sido capaz de hacer reverdecer todo».
Todas las explotaciones de Ángel cuentan con tarjeta verde o, dicho de otro modo, están libres de enfermedades, aunque ahora de lo que se habla es de tuberculosis. «En esta zona no hay mucha incidencia de la enfermedad, pero si mañana hago un saneamiento y me sale algún positivo, si quisiera vender los terneros ya no podría hacerlo para vida y eso implica que un ganadero que no tenga un cebadero los tenga que recoger o venderlos a un cebadero T1, pero con un valor de ciento y pico euros menos del de mercado. Eso ya son unas pérdidas grandísimas».
Esos T1 a los que se hace referencia son lo que se denominan coloquialmente 'cebaderos sucios' y entre los muchos matices y controles que lleva aparejada su creación, están especialmente autorizados para recibir terneros negativos desde explotaciones positivas.
En el caso de vacas moruchas como las de Ángel, el valor genético es incalculable, hay detrás años de selección y «eso no tiene un valor económico, es mucho más».
Saneamiento, en su caso una vez al año
Este ganadero, como tiene carta verde, sanea una vez al año y siempre lo hace en el mes de julio porque necesita la ayuda de varias personas y es cuando entiende que le viene mejor hacerlo. «Nos lleva una semana entre los dos días de pruebas, organizar los lotes y acercarlos al embacardero, encerrarlos el día antes, llevarlos de nuevo en su sitio y volver a encerrarlas para el día de la lectura».
Pero al fin y al cabo, eso lo de menos. «No queda otra, los ganaderos que estamos ahora nos hemos criado con ello, esto lleva más de 30 años», dice Ángel, que suma 48 y que no deja de reconocer que «hay ganaderos con carta verde histórica a los que les salen animales, no tiene explicación, la gente es muy cuidadosa, al ganadero es al que más cuenta le tiene, pero cuando llega el saneamiento la duda siempre la tienes ahí aunque lleves haciendo lo mismo toda la vida».
Noticia Relacionada
«El problema es que después de casi 30 años siguiendo las mismas pautas sanitarias, no hemos solucionado nada, la incidencia de la enfermedad en muchos sitios está subiendo. Pedimos a la administración que varíe las pautas a la hora de hacerlo, no podemos estar insistiendo en hacer algo de la misma manera y no tener ningún resultado, no podemos seguir así y que cada vez existan más limitaciones de movimiento».
En opinión de este profesional, «las pruebas no son lo suficientemente efectivas, eso lo reconoce todo el mundo, las pruebas que se hacen para detectar la tuberculosis a veces dan animales positivos, que luego, cuando van al matadero se les hace un cultivo, mucho más fiable, y se demuestra que el animal era un falso positivo, que ha reaccionado por cualquier otra cosa o que ha sido un error veterinario, que también puede ser».
Ángel Calderero
Ganadero
Muchos ganaderos son partidarios de que esa prueba de piel, en el caso de ser positiva, se contraste con otra en sangre, como método para atajar esos falsos positivos. La cuestión es que puede tardar varias semanas. Pero sobre todo, se reclama que no se paralice la explotación, que los animales que han dado negativo se puedan comercializar libremente con las pruebas pertinentes y apartar tan solo a los positivos.
Reconoce que la solución es «muy complicada» y apunta hacia jabalíes o corzos. «Si estamos saneando las vacas pero conviven con animales salvajes, estos se convierten en reservorios de la enfermedad. Entonces podremos matar todas las vacas, pero en lo que estén esos animales no conseguimos nada».
Concluye que el objetivo de las movilizaciones es que «se mejore la sanidad de los animales, no tiene sentido que nos opongamos a una buena sanidad, el problema es que tenemos un protocolo que no está funcionando y cuando una cosa no funciona y los técnicos no son capaces de dar con la tecla, hay que buscar a otros que sean capaces de mejorar las cosas».
El Ministerio de Agricultura publicó el pasado 12 de mayo un Real Decreto en el que se establecen una serie de ayudas directas para los ganaderos para paliar los perjuicios de la sequía en sus explotaciones. La cuestión es que Castilla y León, a diferencia de una comunidad limítrofe como puede ser Extremadura, está considerada como zona de afección media y no alta por lo que las ayudas son el 50% de los importes máximos.
En las comunidades autónomas establecidas en las zonas de afección alta, los importes de las ayudas serán de 157 euros por vaca de carne (nodriza), 18 euros por oveja y cabra de carne, 61 euros por vaca de leche, 11 euros por oveja y cabra de leche. Sin embargo, en el caso de Castilla y León, como ha quedado establecida en las zonas de afección media, recibirán como máximo una ayuda de hasta el 50 % de los importes previstos para cada especie y orientación productiva. Hay que recordar que las organizaciones profesionales agrarias Asaja, la Alianza UPA-COAG y la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) se movilizarán en las calles de Valladolid el próximo jueves, 15 de junio, para reclamar ayudas urgentes «para un campo devastado por las consecuencias de la sequía«. Las demandas de los convocantes afectan a las distintas administraciones. Por un lado, al Ministerio de Agricultura, que ha propuesto unas «medidas exiguas» y que además penalizan a Castilla y León, al «discriminarla en el reparto», con unas ayudas ganaderas que son la mitad de lo que recibirán en otras comunidades autónomas. Por otro, a la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, que «por ahora no ha concretado ni presupuestado un solo euro para paliar el desastre que por la sequía viven las explotaciones agrarias y ganaderas de la comunidad autónoma». Por último, también reclama la implicación de Bruselas, que tiene que activar ya la reserva de crisis de la PAC para proteger al sector agroganadero español.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Así es La Petra española que guarda un pueblo de Burgos
BURGOSconecta
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.