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Las escaleras de los resbalones y otras dos entradas a la Plaza Mayor que cierran por obras

La mejora en las escalinatas de Pinto, San Fernando y El Ochavo complicarán el acceso a la plaza durante los tres meses previstos para su ejecución

Félix Oliva

Salamanca

Sábado, 12 de octubre 2024, 10:16

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Las tres escaleras históricas de la Plaza Mayor estarán en obras durante tres meses y complicarán el acceso a la plaza durante el tiempo que dure su rehabilitación, que se va a contratar de forma inmediata. Así está previsto en el proyecto de obra que contempla la reforma de las de Pinto y la mejora de las de San Fernando y el Ochavo, todas bastante deterioradas después de décadas de trote y reducido mantenimiento.

La actuación empezó a plantearse por el pésimo estado de las escaleras de Pinto, conocidas históricamente como las de los 'resbalones', que llevan cerca de un siglo recibiendo un intenso tránsito que las ha deteriorado profundamente. Y después se planteó mejorar también las otras dos escalinatas que conectan con el Mercado Central de abastos, y que no están tan deterioradas, pero se aprovecha para unificar elementos como los pasamanos. Serán reformadas en un proyecto conjunto.

En los tres casos se va a instalar una losa táctil direccional en granito negro en la parte superior e inferior de cada tramo de peldaños. Este tipo de pavimento es muy frecuente en la ciudad, mejora el agarre y ayuda al tránsito, pero no se había aplicado en las salidas de la Plaza Mayor.

De este modo, las tres escaleras, vinculadas históricamente a la Plaza Mayor y su acceso por el mercado, serán accesibles hasta un punto que no habían sido antes en sus años de vida. El proyecto, valorado en 114.000 euros, tiene un plazo previsto de ejecución de tres meses y llega con la prevención que ha tomado el Ayuntamiento de Salamanca de requerir la mayor solvencia técnica y económica para evitar retrasos.

El motivo es que se trata, en este caso, de un lugar de muchísimo tránsito y paso diario tanto de salmantinos como de visitantes. El cierre de las tres escaleras complicará el tránsito por este lado y la permeabilidad con la zona de la Gran Vía, con lo que es probable que las obras se hagan de forma alterna para evitar un cierre total.

  1. Escaleras de Pinto

    Deterioradas tras un siglo de 'trote'

La parte central del proyecto afecta a las escalerillas de Pinto, las de salida por el arco del Pan o Panaderos hacia los antiguos portales de Los Villares, con cerca de un siglo a cuestas y en muy mal estado. Esta salida de la plaza es una de las que más tránsito tiene y lo ha notado con el paso del tiempo.

Lo que se va a hacer es una rehabilitación completa para la que Patrimonio ha hecho una prescripción, que es mantener el doble bocel de sus peldaños, una moldura convexa lisa, de sección semicircular que constituye los rebordes curvos de los pasos.

Según los últimos datos disponibles, datan del año 1930 y desde entonces no hay constancia de modificación alguna, aunque sí se retiraron algunos elementos de sus escalones, como un kiosko. El granito en el que están construídas presenta numerosos desperfectos y falta de material por el mucho uso que tienen; cuentan con un pasamos central y su material agarra bastante.

Escaleras de Pinto. JM García

La actual fue proyectada originalmente en 1887 para sustituir a la rampa original con la que contaban los accesos a la Plaza Mayor. El proyecto fue liderado por el arquitecto municipal, Manuel Pérez González, que decidió usar en el presupesto piedra artificial de la empresa La Progresión de Bilbao, por ser de mayor fortaleza, duración y mejor aspecto que la de granito, además de más barata. Eso les acabó valiendo su sobrenombre: las escalerillas de los resbalones.

Las obras se iniciaron en 1888, con dos tramos de escalera y un descansillo central; duraron un mes, pero pronto empezaron las quejas. Las primeras, por no utilizar granito de la tierra y artesanos salmantinos para labrarlo. Rápidamente aparecieron graves defectos constructivos y los resbalones que se producían, de ahí su apelativo: hasta 83 viandantes afectados en pocos días, lo que originó una campaña en prensa para cambiarlas.

A lo largo de 1888 el arquitecto municipal reconoció los fallos y se procedió a modificar la escalinata, ya con piedra granítica natural de Salamanca, que se inauguró en julio de aquel año. La escalera fue reparada en 1930 con la sustitución de los peldaños y no se conocen más modificaciones desde entonces.

  1. San Fernando

    La escalera que fue unos urinarios

En cuanto a los otros dos tramos de escaleras, la actuación va a ser menor. Patrimonio ha pedido montar los mismos pasamanos centrales, de tubo en la actualidad, y eliminar los dobles tramos que tiene la bajada del arco de San Fernando o del toro, conocido así por la cabeza de astado que lo corona del lado del mercado.

En el caso de las escaleras del Ochavo sólo tiene un pasamanos central que es como ha quedado después de que a principios del siglo XXI se eliminara un pequeño kiosko metálico que había adosado a uno de sus laterales.

Escaleras de San Fernando o del toro. JMGarcía

En el caso de las escaleras de San Fernando, su historia es la más longeva. Hay que recordar que la Plaza Mayor empezó a construirse por ese lado, por el pabellón Real, y en 1733 se terminó de construir el arco de san Fernando, coronado por un toro.

Inicialmente, la importante diferencia de altura entre la Plaza Mayor y la plaza de abastos se salvó con una rampa que se cambió en 1907 por una escalinata. En 1916 se construyen unos urinarios que reducen el paso a dos franjas laterales; están abiertos hasta 1964, pero se mantiene un kiosko metálico que hizo de oficina de turismo. En 1994, se decide reformar las escaleras y eliminar esa estructura. Se encuentran en buen estado.

  1. Escalerilla del Ochavo

    La escalera en chaflán de la plaza

Por su parte, las escalerillas del Ochavo fueron proyectadas en 1925, aunque desde la construcción de la Plaza Mayor había planes para levantar aquí una escalinata. No se hizo definitivamente hasta comienzos del siglo XX con forma de chaflán u ochava, término arquitectónico de donde le viene el nombre probablemente.

Antes había sido una escalerilla con dos tramos laterales y que tenía un pequeño local en sus bajos y que albergó durante años algunos comercios.

En todo este tiempo ha tenido mantenimiento por el deterioro de sus peldaños y la colocación de un pasamanos central. También se eliminó un quiosco que había y del que queda una inscripción en la piedra.

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