
La floristería en el centro de Salamanca con tres décadas que es experta en decoración nupcial
La Floristería Pétalos, en la calle Sol Oriente de Salamanca, cuenta con otras dos tiendas en la provincia
Hace casi tres décadas, la Floristería Pétalos abría sus puertas en Guijuelo. José y Ana decidían emprender un camino a finales de los años noventa en la localidad chacinera pero pronto, buscarían su hueco en la capital. «Abrieron la segunda floristería en Salamanca y a día de hoy, tenemos tres», comenta Rosa, trabajadora del negocio ubicado en la calle Sol Oriente. Completa el trío en estos cerca de treinta años la floristería abierta en Béjar y, lejos de ir a menos, las nuevas tendencias y su adaptación a los nuevos tiempos les ha hecho ir cada vez a más.
«Ha ido evolucionando mucho, hace años no se ponían flores para decorar las casas, por ejemplo», comenta Rosa. Desde hace un tiempo las flores se han convertido en un elemento indispiensable de decoración y ahora convive con el uso de las flores más originario: regalos, celebraciones y despedidas. «Ahora parece que si no tienes alguna planta o alguna flor en casa te falta algo, te da alegría», asegura la trabajadora. Esta sensación también ha estado motivada por las redes sociales.
El escaparate de tendencias e ideas de decoración que expone internet y los perfiles más seguidos a través de redes sociales ha influido en negocios como esta floristería de Salamanca. «Que las influencer saquen cómo decoran la casa o cómo montan un jarrón de flores ha animado muchísimo a la gente», asegura Rosa. Antes la vegetación interior estaba muy relegada a edades más adultas mientras que desde hace unos años, los clientes más jóvenes también se unen a llenar de color sus casas.
Y, en eso, también tiene que ver internet. «Ahora a la gente joven le gusta tener una plantita o flores, no sé si porque les recuerda a cuando estaban en casa o por el tema de las redes sociales pero desde hace años se ha notado muchísimo», explica Rosa.
Entre la novedad y lo de siempre
A todo se han tenido que adaptar. A los nuevos tiempos sin abandonar los viejos. Porque en una boda siempre ha habido flores. Porque el regalo que no falla nunca son unas flores. Porque unas flores hacen un adiós algo más bonito, o menos feo. Porque esa es la magia que ven cada día en la Floristería Pétalos. «Nos dedicamos al asesoramiento en las decoraciones de bodas, todos los eventos, regalos, flores preservadas, comuniones, el ramo para la novia...», comienza a enumerar Rosa.
«No sólo vendemos, también asesoramos»
Y es que, la realidad es que siempre hay puntos suspensivos en este negocio y, aunque va por temporadas, cualquier momento es bueno para comprar flores. «Ahora estamos en época de graduaciones, bodas, regalos a profesores y son unos meses que se regalan muchas flores», asegura. Pero saber elegir qué regalar no siempre es fácil, por eso, el trato personal de esta floristería es indispensable. «No solo vendemos, también asesoramos y nos preguntan por el cuidado para que duren más o por la atención a plagas y enfermedades en las plantas», asegura.
Ese es el as de la baraja frente a las compras por internet -un servicio que Floristería Pétalos también ofrece-, sin embargo, la comodidad de la elección online gana fuerza. «En cualquier momento, en cinco minutos, has hecho una compra con el móvil», explica Rosa. Por ello, mantienen muy activa su página web conscientes de que es necesario su atención. «Lo envíamos a toda la península y si tienes que hacer un regalo, enseguida tienes solucionado el problema», añade. Lejos de asumir la venta online como competencia, se han subido a la ola para seguir haciendo de la Floristería Pétalos, un camino de rosas.
Pedidos de lo más originales
Una elección tan personal como el ramo que llevarás el día de tu boda, o lo que escribirás en la tarjeta que acompañarán unas flores tan especiales. En este contexto, en estos treinta años la Floristería Pétalos ha visto todo tipo de preferencias. Sin embargo, una llamó la atención de Rosa: un ramo de flores de novia totalmente negro. También las dedicatorias tienen su miga porque, aunque algunas son privadas, aquellas que se detallan por teléfono o en observaciones en el pedido de internet son atendidas por el personal de la floristería. «Hay de todo, en unas te ríes y en otras te da hasta vergüenza», sonríe Rosa. Sea como sea, acompañan a algo que nunca falla por muy peculiar que sea la tarjeta.
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