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El jamón 100% ibérico es el embajador por excelencia de la gastronomía de Salamanca. Un producto que no puede ser más salmantino y con el que este fin de semana se va a identificar una de las acciones solidarias más diferentes de las muchas que, por fortuna, hemos conocido desde que una ola de 700 litros por metro cuadrado arrasó Valencia. Allí, en la 'zona cero' del desastre, una empresa está llevando el sabor más salmantino donde todavía cuesta que lleguen alimentos.
La idea nació hace unos días en las oficinas de Ibéricos López Puerto. La empresa, con fábricas en Mogarraz y Castellanos de Moriscos, quería ayudar y el resorte saltó a través de su distribuidor en Valencia. Uno de los voluntarios de la reconstrucción de Valencia trabaja en esta empresa y, con la colaboración de Óscar Arratia, del programa de pesca 'El río de la vida', desde Salamanca empezaron a idear lo que tenían que hacer.
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En su despacho, Jesús Paramio, director comercial de la empresa, se afana este sábado por la mañana en terminar el envío. Fuera, una furgoneta de la empresa esperaba para cargar y hacerse los 800 kilómetros que separan Salamanca. Al volante, él mismo. El vehículo está especialmente rotulado anunciando que lleva mercancía solidaria para Valencia.
El personal de la empresa ha echado unas cuantas horas de más para tener listo el envío. En un principio, pensaron en la opción de enviar piezas enteras, pero no era operativo para llegar a los vecinos. Según explica Tomás López Puerto, director general, la decisión fue tomar 150 de sus jamones ya curados y listos para vender, deshuesarlos, hacerlos lonchas y meterlos en paquetes individuales. Son 5.000 sobres de unos 100 gramos cada uno con jamón curado de Salamanca, 100% raza ibérica, de la mejor calidad.
Para hacerlo llegar a quienes lo necesitan, desde la empresa se ha hecho un trabajo previo y han tomado una decisión: repartirlo casa por casa si es necesario. Paramio y el gerente de la cárnica han contactado con alcaldes de la zona. Este sábado por la mañana el teléfono del jefe echa humo al habla con uno de los concejales de Paiporta, Josep Santamans, encargado ahora de la distribución de alimentos.
Con el manos libres encendido, nos dice que «todavía queda mucho trabajo y el miedo que tenemos es que el boom inicial, que ha sido increíble, se pueda ir pasando». Asegura que queda mucho por limpiar y que hay zonas de los pueblos más afectados donde todavía es muy difícil llevar alimentos a los vecinos o no comercio y supermercados no se han recuperado del todo.
Estamos viendo como comida que se ha donado no llega todavía a quienes lo necesitan por problemas de transporte o la difícil logística sobre el terreno. Y desde la empresa salmantina no quieren que ocurra esto con su jamón.
De acuerdo con los ayuntamientos, están dispuestos a llevar su furgón casa por casa, puerta por puerta, repartiendo jamón de Salamanca en Sedaví, Paiporta y los barrios de la periferia de Alfafar, donde todavía es difícil conseguir alimentos. En colaboración con voluntarios de la zona, la furgoneta del jamón de Salamanca espera llevar este pequeño y sabroso granito de arena donde todavía hace falta de todo.
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