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Óscar Alvariño, trabajando en el medallón de Alfonso IX. JM García
El maestro de los medallones de la Plaza Mayor asume el milagro del crucero de San Cebrián

El maestro de los medallones de la Plaza Mayor asume el milagro del crucero de San Cebrián

Óscar Alvariño, el autor que ha realizado más efigies decorativas de la plaza, es el contratado para hacer una réplica de una cruz en pésimo estado que recuerda a una iglesia ya desaparecida

Félix Oliva

Salamanca

Viernes, 9 de agosto 2024, 19:50

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Trasladado hace 200 años a un punto del Cementerio municipal, el crucero de San Cebrián es una de esas piezas del patrimonio salmantino que está para «mírame y no me toques»: su estado actual es muy malo. La obra, originalmente hecha en piedra de Villamayor, arrastra un gran deterioro que hace temer por su supervivencia y que ha llevado a tomar una decisión: hacer una réplica del original. El objetivo es devolverla al lugar donde estaba, junto a la Cueva de Salamanca, donde señala el lugar donde estuvo una de las iglesias de la repoblación de la ciudad.

Para semejante tarea, se ha hecho un contrato para la elaboración de la nueva pieza por un valor final de 56.000 euros. El elegido, tras el concurso, es un escultor con mucha relación con Salamanca y que ha asumido encargos de similar dificultad y compromiso. Se trata de Óscar Alvariño, autor del último medallón incorporado a la Plaza Mayor, el de Alfonso IX, una pieza soberbia que confirmó su maestría en esta materia. El escultor madrileño es el artista con más obra en la monumental plaza, con nueve medallones de su autoría, tras haber realizado buena parte de los incorporados en la historia reciente.

Alvariño ya tiene en su poder el encargo para hacer la réplica del crucero de San Cebrián. Ha visitado la obra y su diagnóstico coincide con el conocido. «Bajo mi modesto criterio, está muy mal, su estado es muy delicado y no se puede tocar, porque aunque sea con mucho cuidado se podría deteriorar», comenta.

El escultor ya ha visto la obra original: «está muy mal, su estado es muy delicado y no se puede tocar, porque aunque sea con mucho cuidado se podría deteriorar»

En efecto, el crucero original está muy deteriorado. Hace años que se habla de su rehabilitación y traslado a su lugar original, pero su frágil estado y conservación lo desaconsejaron. No se ha movido por miedo a que se desmorone en cualquier momento. Por eso se ha tomado la decisión de encargar una réplica. Para hacerla, Alvariño asume un mayor trabajo de documentación previa para conseguir un buen resultado.

Una vez la nueva pieza esté terminada, el plan es colocarla en su lugar original, un punto en la plaza Doyagüe donde cumplía una función concreta: señalar el lugar en el que había una iglesia. En concreto, la de San Cebrián, una de las primeras de la ciudad, en la época de repoblación de Salamanca.

Este templo fue uno de los levantados durante la repoblación de la ciudad en el siglo XII. Construida en el siglo XII, en torno a 1157, fue una de las iglesias más antiguas de Salamanca. Se derrumbó a finales del siglo XVI, debido al terreno y su pendiente. Sus materiales sirvieron sobre todo para la construcción de la Catedral Nueva de Salamanca. Y su cripta es la conocida Cueva de Salamanca que no escapa al deterioro.

Esta cruz señala el lugar en el que estaba la desparecida iglesia románica y, junto a otras, la pieza fue trasladada en 1832 al Cementerio que en aquel entonces estaba en construcción y allí permanece. La pieza es propiedad de la Diócesis y fue retirada del lugar hace casi dos siglos. Se encuentra en un lugar rico en patrimonio, donde ha aparecido un tramo de muralla en una antigua churrería y se encuentran restos de la Salamanca más antigua.

Ni restauración ni traslado

No es la primera vez que se habla de este proyecto, de hecho, hace años que se pide actuar. En un primer momento se propuso restaurarlo para recuperar sus valores, pero no se hizo.

Después, se valoró devolverlo a su posición histórica. De hecho, en 2011 las autoridades de patrimonio empezaron a valorarlo y así lo solicitó en 2017 la asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio. Sin embargo, pronto se supo que no era posible y se descartó porque no resistiría el viaje por su precario estado de conservación.

En 2017 se aprobó a través de presupuestos participativos que se elaborara una réplica para colocarla en su lugar original de la plaza de Carvajal en sustitución de la auténtica. Sin embargo, no ha sido hasta ahora que se dispone de presupuesto para hacerlo.

La partida reservada es para la construcción de la réplica y no para arreglar la original, que va a permanecer en el cementerio San Carlos, evitando el riesgo de que se deteriore todavía más en un hipotético traslado.

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