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Miguel Hernández Rubio, Hermano Mayor, mira a la Soledad en su capilla.

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Miguel Hernández Rubio, Hermano Mayor, mira a la Soledad en su capilla. ÁLEX LÓPEZ

Miguel Hernández Rubio, Hermano Mayor

Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad

«Estamos pensando si no llegará la cabeza a la Catedral y no habremos sacado a la Virgen»

La Hermandad de la Soledad se debate entre la alegría de hacer lucir a la Señora de Salamanca y el amargor de recortar el recorrido por problemas externos

Álex López

Salamanca

Miércoles, 29 de marzo 2023, 20:57

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De origen benéfico y zapatero en 1645, la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad es, más de trescientos años después, la hermandad con mayor número de hermanos de todas las que conforman la Semana Santa de Salamanca. Su imagen titular, Nuestra Señora de la Soledad, que este año cumple ochenta y dos años desde su bendición y ochenta desde su modificación, es el epicentro de una devoción popular con casi ninguna comparación en la Pasión salmantina. Desde los fieles que se acercan durante todo el año a la capilla de la Catedral Nueva a pedir a su virgen, hasta el tradicional besamanos durante todo el Sábado de Pasión, para el que en la Catedral se realiza un camino de entrada y salida específico como manera de control de la afluencia de gente. En una hermandad tan grande, la juventud tiene su sitio reservado. Los jóvenes son los encargados de portar «La Soledad de la Cruz», paso alegórico que se introdujo en la procesión ante el elevado número de hermanos.

En las primeras horas de la mañana de un viernes de marzo, dos mujeres se afanan en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad por terminar de dejar bien vestida a su Virgen. Queda apenas una semana para el Viernes Santo, unos días para el Viernes de Dolores y ya la Soledad ha presidido el Pregón de la Semana Santa. Le preguntan a Miguel Hernández Rubio, el Hermano Mayor, que acaba de llegar, que cómo la ve. «Cuando las cosas se hacen con cariño, siempre quedan bien», dice.

Tras unos momentos observando a la Señora de Salamanca, Miguel nos muestra la felicidad con la que afrontan esta nueva Semana Santa: «La alegría que tenemos todos. Una vez al año, por lo menos, la intentamos sacar. Espero que ni llueva ni haga cosas malas. Estoy feliz y esperanzado. Muchos hermanos, tenemos más de sesenta altas, y todos ilusionados para que se luzca, al menos, una vez al año». También lucirán los enseres de la hermandad: «Hemos comprado nuevos los faroles, la cruz de guía y todo eso, y es lo que vamos a sacar nuevo».

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Pero entre tanta felicidad, siempre tiene que haber alguna amargura. La Hermandad de la Soledad se ha visto obligada a recortar su recorrido de vuelta. El año pasado, la procesión subió toda la calle Compañía. Pero este año, tras salir de la Plaza Mayor, accederán directamente del Corrillo a la calle Meléndez, quitando las calles Juan del Rey y Prado, dando ya a la Casa de las Conchas y enfilando San Isidro y Libreros.

Se podría pensar que es por el cansancio acumulado a esas alturas de Semana Santa (madrugada del Viernes Santo al Sábado Santo), pero Miguel nos explica el único y verdadero motivo: «El motivo ha sido por los bares. El año pasado nos dieron problemas y la junta de gobierno hemos adoptado quitar ese trozo del recorrido sencillamente porque no queremos problemas, y menos con los hermanos. Si la gente no está en condiciones, lo evitamos. Es el único motivo, puesto que ya estamos pensando si no llegará la cabeza a la Catedral y no habremos sacado a la Virgen, pero no hay más remedio que hacerlo. Intentaremos, el año que viene, modificar, porque para nosotros es importante que el recorrido sea largo por los que componemos la procesión» (el cortejo lo forman más de tres mil personas). Hay que recordar que la hermandad ya quitó de su recorrido la bajada hasta el convento de San Esteban y la posterior subida por San Pablo, recorriendo toda la Rúa Mayor, ahorrando así tiempo de estancia en la calle.

Un acto pendiente

También relacionado con el año pasado, y como ya nos comentó el Hermano Mayor de la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz, las dos hermandades habían hablado este año para evitar malentendidos y que el público de Salamanca pudiese disfrutar de las dos hermandades que hay en ese momento en la calle, la Soledad y el Cristo de la Liberación. Miguel nos confirma ese acuerdo y añade que hay algo pendiente entre las dos hermandades: «Tenemos pendiente un acto que queremos hacer conjunto y hablaremos Manolo (Manuel González, Hermano Mayor de Amor y Paz) y yo y le daremos forma».

Miguel Hernández Rubio es uno de los mayores veteranos de nuestra Semana Santa. Desde su dilatada experiencia, observa la Pasión salmantina actual con alegría y satisfacción: «Yo vengo ya tiempo diciendo que estoy encantado por lo que ha crecido, porque todo el mundo ya tiene piezas que valen la pena, los adornos florales muy bien… Yo creo que hemos ganado todos muchísimo. Hay que tener en cuenta que yo vengo ya de muchísimos años y entonces había otro sistema económico, otras formas y nada que ver con lo que hay ahora. Y muy contento porque la juventud está apretando, que es lo que tienen que hacer, ir relevándonos ya a los mayores».

El deseo de Miguel para esta Semana Santa es claro y relacionado con la actualidad: «Que haya paz en el mundo, que se arreglen todas las guerras».

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