Segundos fuera: las obras de Salamanca que no llegan a las elecciones

En la última semana, cargos de todas las administraciones sin excepción se han vestido con casco y chaleco de obra. Ayuntamientos, Junta y gobierno central, sin distinción de colores políticos, se han lanzado a presumir de logros, anunciar planes a futuro y, en algunos casos, a inaugurar o presentar obras en diversas fases de ejecución. La lista ha sido interminable y se han sucedido uno tras otro este tipo de actos.

El motivo de tal concentración es que, en pocos días, los 'cortes de cinta' estarán prohibidos por la inminente celebración de las elecciones. El día límite es el de la publicación del decreto de convocatoria de los comicios municipales del próximo 28 de mayo, que coinciden con autonómicas en muchas comunidades. Está previsto que se publique y entre en vigor el mismo día 4 de mayo. Se cumple así el plazo de 55 días antes del cuarto domingo de mayo del año que corresponda a la cita con las urnas.

La primera consecuencia es que, a partir del mismo día de publicación y entrada en vigor, no serán posibles los actos institucionales de inauguración de obra o anuncio de proyectos, tan frecuentes en estos tiempos. Los partidos políticos están avisados y, de hecho, hay instrucciones internas para apurar plazos hasta el día 4, sin pasarse: en el pasado hubo algún tropezón con las fechas.

La clave para distinguir cuáles están autorizados y cuáles no reside en la intencionalidad. Según la ley Orgánica del Régimen Electoral General, desde la convocatoria de los comicios hasta su celebración, queda prohibido «cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones».

La Junta Electoral Central se ha encargado de especificar en los últimos años qué se puede y qué no se puede hacer. En concreto, no están permitidos actos de inauguración de obras o servicios públicos, o proyectos de éstos, pero sí pueden entrar en funcionamiento en ese periodo electoral. No se incluyen en este apartado las inauguraciones institucionales de congresos, ferias de muestras, festivales o fiestas populares que se celebren de forma periódica en fechas coincidentes con un periodo electoral. Eso sí, siempre que ni en la organización del evento ni en las intervenciones se realicen alusiones a los logros.

Con ese límite, el tiempo de las presentaciones e inauguraciones se agota. Sin embargo, hay obras eternas a las que esta fiebre de anuncios no va a llegar a pesar de que llevan años en cartera. Estos son algunos ejemplos variados, desde proyectos que nunca arrancan a los que van con retraso o, al fin, ven acercarse el día de su finalización.

Convertir en centro de turistas la Fonda Veracruz es una vieja aspiración de los gobiernos municipales que no se ha visto realizada a pesar de los variadas tentativas. La primera vez que se habló de la idea fue en 2018 y se concretó con un primer contrato en 2019, pero nunca ha sido posible.

El último se inició en marzo de 2020, poco después de arrancar la actual legislatura, con un plazo de diez meses para hacer las obras. Sin embargo, han sufrido todo tipo de problemas y no se han podido ejecutar en todo el mandato.

En diciembre se puso en marcha un nuevo intento con un presupuesto de 900.000 euros para rematar una obra que ha sido un auténtico quebradero de cabeza.

La conexión de autovías en el Sur de Salamanca, que sustituirá a la peligrosa rotonda de Buenos Aires, lleva años sin avances a pesar de que es muy necesaria por su peligrosidad. El proyecto está de nuevo en redacción tras rechazarse en 2020 la solución que se había alcanzado: un nuevo puente de 40 millones de euros.

Cuando había proyecto y permisos, las presencia de restos rupestres obligó a decartarlo y buscar una nueva solución que es el punto en el que está el proyecto.

La biblioteca de Pizarrales es uno de los casos más claros de anuncio en estas últimas semanas de permisividad preelectoral. El proyecto fue promesa electoral en la anterior campaña, en 2019, pero no ha sido hasta hace unas semanas que se ha podido poner en marcha la obra.

El proyecto se concretó en mayo de 2022 ya con el actual mandato muy avanzado. Esta semana se ha sabido que llevará el nombre de Carmen Martín Gaite tras una visita del alcalde de Salamanca a la obra. La biblioteca es una vieja aspiración de este barrio.

La reforma del edificio de la Audiencia Provincial en la Gran Vía y todo lo que tiene que ver con el proyecto constituye uno de esos casos de constantes retrasos. Estas obras, necesarias para hacerlo accesible, llevan años previstas y presupuestadas, pero han avanzado con lentitud y muchos problemas.

Tiene presupuesto desde 2018 sin que hayan avanzado. Primero se decidió empezar retirando un viejo escudo franquista para, después, redactar el proyecto. En el cambio de guardia entre PP y PSOE en el Gobierno se conoció que faltaban muchos trámites.

El último problema ha surgido con la sede provisional a la que se trasladará la Audiencia mientras duran las obras, un edificio obsoleto en Torre Villarroel que requiere de obras que, además, ya se retrasaron al quedar desierto el contrato.

Santa Marta llevaba años esperando la construcción de su nuevo cuartel de la Guardia Civil, ya que el cuerpo estaba confinado en un edificio de viviendas. La obra se incluyó en el plan de infraestructuras lanzado a partir de 2019, pero antes ya había sido objeto de promesas.

Esta semana, la subdelegada del Gobierno, administración que ejecuta la obra, ha podido visitarlo y anunciar que estará listo este año, pero después de las elecciones, a finales de 2023. Pondrá fin a una espera de más de una década: en 2009 se acordó la cesión de una parcela municipal de 2.481 metros cuadrados al Ministerio del Interior para levantarlo.

Las actuaciones de la Zona de Bajas Emisiones de Salamanca tendrán que esperar su momento para la segunda parte del año, una vez se hayan celebrado las elecciones y la capital tenga nueva corporación. Será entonces cuando se puedan anunciar las múltiples obras viarias, la instalación de cámaras, las nuevas calles peatonales...