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Gabriela es supersticiosa y no se lleva bien con el número 13. Sin embargo, un 13 de abril de 1970 dio a luz a lo que considera «un hijo» y que, este año, cumple 55 años. 'La Cigüeña de París' abría sus puertas en la calle María Auxiliadora con la intención de vestir a los más pequeños en alguno de los días más especiales de su vida y, en vista del éxito, parece que el número 13 sí le ha traído suerte. Tenía 28 años cuando compartía el local con su marido, la mitad frutería y la mitad tienda; hasta que fue ganando el terreno y todo el espacio se convirtió en un expositor de vestidos y trajes.
Ahora son 83 años los que tiene y, aunque ya jubilada, le gusta pasarse por la tienda que ahora gestiona su hija María Piedad. «Ella es mucho más atrevida que yo», reconoce esta segunda generación, orgullosa de lo que levantó su madre hace más de medio siglo. Parte de los recuerdos de su infancia están entre esas cuatro paredes, y de niña, nunca imaginó que podría ser ella quién estuviera detrás del mostrador. «No me gustaba nada, me obligaban a venir, y de tanto venir... al final me quise quedar», sonríe.
Y no se arrepiente de la decisión. A pesar del sacrificio que conlleva la gestión de una tienda, echa la vista atrás y el balance es positivo. «Yo soy muy niñera, y me encanta ser partícipe de esos días tan especiales», explica. Reconoce que disfruta «igual que los padres» y que su objetivo, es que sus niños «el día de la comunión vayan perfectos». Esa ilusión que contagia en sus palabras después de más de treinta años dedicada a vestir a distintas generaciones, refleja el por qué de su éxito.
La emoción de estar presente, a su manera, en estos días tan especiales sirve de motor para seguir adelante. «Hemos vestido a varias generaciones entre comunión, arras, bautizo o un niño que quiera ir bien vestido para cualquier ocasión», explica María Piedad. Una realidad que constata Gabriela, orgullosa de que «ahora las nietas» vayan a 'La Cigüeña de París' a hacerse con su traje para el bautizo. «Es muy emocionante», reconoce.
Apenas quedan unos meses para que se celebren las comuniones y ya Maria Piedad ha revivido esta sensación anual . «Las ventas de comuniones se empiezan a hacer a partir de diciembre», explica. En estas semanas han vuelto a atender a una nueva generación que ya forma parte de la historia de 'La Cigüeña de París'. «Nosotros mantenemos la clientela a lo largo de los años, algo habremos hecho bien», asiente orgullosa.
Entre los clientes que han crecido con ellas y aquellos que llegan de oídas, esta tienda ha vestido para eventos a los más pequeños «a media Salamanca», como presume entre risas Gabriela. De hecho, recuerdan cuando se levantó El Corte Inglés frente a su tienda y cómo los miedos se convirtieron en oportunidades. «Mi padre dijo: 'Esto nos va a venir bien', y así fue. Hay gente que no nos conoce y que bien al ir, o al volver si no han encontrado nada, paran aquí», explica María Piedad.
Todo vuelve y, hablando de moda, hay cosas que nunca se van. María Piedad tiene en la tienda estilos muy distintos para dar con todos los gustos. Algunos vestidos más tradicionales y otros más atrevidos pero, ¿ha cambiado tanto la celebración de estos días a lo largo de los años? Lo cierto es que a pesar de haber mucha más oferta, los clásicos siguen muy presentes. «Se vende mucho lo moderno pero lo clásico mucho más», asegura. Las flores y el color han irrumpido en el caso de los vestidos y para los trajes, también hay diferentes estilos. Eso sí, si se pide opinión a los niños, «ellos suelen elegir lo clásico».
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