La tienda de maletas de los años 40 que necesitó dos locales en la Plaza Mayor de Salamanca

Son más de ochenta años, casi un negocio centenario. Corrían los años 40 y Joaquín Moga abría sus puertas en plena Plaza Mayor. Un pequeño local frente al Ayuntamiento que pronto necesitó una ampliación. Entonces no tenían ruedas, se llevaban a mano o al hombro. Eran mucho más voluminosa -no existían las 'medidas Ryanair'- hechas de cuero, madera o metal y se asemejaban a baúles. Y, la realidad, es que hace ocho décadas esos 'baúles' también se llenaban recuerdos. Quizás no de viajes al otro lado del mundo pero sí de idas y venidas al pueblo. «Mi abuelo abrió este pequeño negocio y poco a poco se fue ampliando», comenta Joaquín Moreno, tercera generación del negocio.

Ese primer pequeño local en el ágora de Salamanca se quedó pequeño y necesitaron anexionar el de al lado. «Con la ampliación se fueron ampliando más artículos de venta y más personal», comenta Joaquín. El negocio estaba en auge y en pleno centro de Salamanca se hicieron con tres locales: dos en la Plaza Mayor y otro en la calle Toro. Aunque ahora es conocido por las maletas, en aquellos años su artículo principal fueron los bolsos. «Luego se amplió con billeteros, bisutería, cinturones... complementos relacionados con el artículo de piel», explica.

Con el paso de las distintas generaciones se fue adaptando la visión del negocio y la tercera generación centra -ahora en la calle Arco- su mercado sobre todo en artículos de viaje. «Nos hemos adaptado a lo que pide la gente, y las actividades de los clientes están dedicadas al ocio», añade Joaquín. Después de casi tres décadas dentro del negocio, Joaquín reconoce que la mayor dificultad ha sido competir con la venta online. La posibilidad de llenar el carro a golpe de 'clic' perjudica notablemente a los pequeños comercios.

Sin embargo, cuentan con un as bajo la manga: la atención. «Después de comprar por internet acuden a nosotros porque no es lo que esperaban», asegura. La decepción con las adquisiciones online es más común que cuando se consigue un producto en una tienda física porque la confianza con el cliente cosechada durante años es lo más valioso. «Tenemos la experiencia acumulada para asesorar lo mejor posible y nos tratamos de ceñir a unas calidades adecuadas», explica.

No sólo tienen que estar pendientes de cumplir con un buen producto a un precio «adaptado a todos los bolsillos posibles» sino que también hay que tener el ojo puesto en los cambios de normativas sobre los equipajes. «Estamos en contacto con los fabricantes que nos tienen al tanto de todos los cambios que se producen», explica. Porque es parte del asesoramiento que ofrecen, conocer aquellas adaptaciones que puedan afectar al cliente. De hecho, es una peculiaridad que inquieta a la hora de preparar un viaje.

«Ahora cada compañía necesita un tipo de medidas en función de la aerolínea y nosotros tratamos de asesorarles con eso», explica Joaquín. De hecho, en la tienda tienen un medidor similar al que se ven en los aeropuertos para convencerse de que, efectivamente, el tamaño cumple con las medidas exigidas.

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