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Portugal ha anunciado la puesta en servicio del primer tramo de la línea de la Beira Alta que reabre después de dos años y medio de obras y que deberá entroncar con la línea Salamanca-Fuentes de Oñoro. Por ahora, los trenes lusos volverán a llegar hasta la frontera salmantina a la espera de la conexión con el lado español que supondrá abrir una línea directa desde los puertos de Aveiro hasta Salamanca, un trayecto clave para el puerto seco y para reflotar los viajes de pasajeros en el oeste de la provincia.
Con la decisión de reabrir al tráfico ferroviario, Portugal se adelanta a España donde están pendientes las obras de gálibos y reconstrucción del apeadero de La Alamedilla en Salamanca, que acaban de empezar y todavía se demorarán un año.
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La reapertura de uno de los tramos que han estado en obras para su modernización en Portugal supone un primer paso para la futura conexión Aveiro-Salamanca, a la que todavía le queda mucho en ambos lados. De hecho, las obras clave para conseguirlo acaban de empezar este lunes en Salamanca.
De momento, el día en el que los trenes puedan cruzar la frontera y hacer todo el viaje del tirón está lejano porque faltan actuaciones clave como pasar el tendido eléctrico por el municipio de Salamanca y adjudicar el contrato para 'enchufar' el lado español y el portugués y mantener la línea.
Por ahora, Infraestruturas de Portugal (la empresa estatal de carreteras y línea férreas) ha anunciado que el día 25 de noviembre bre a la circulación el tramo entre Celorico da Beira y Guarda (38 kilómetros), uno de los cinco en los que se dividió todo el recorrido de la línea para su modernización. Los trenes circularán también hasta Vilar Formoso, en la frontera hispano-lusa en Salamanca.
Con la apertura del tramo Celorico-Guarda y la continuidad hacia Vilar Formoso vuelve a haber servicio ferroviario de pasajeros con la frontera. Se interrumpió en abril de 2022 para nueve meses y ha tardado más de 30 en completarse la obra. Durante todo este tiempo, el servicio se prestó con autobúses por carretera, también de Guarda a Vilar Formoso pese a que este tramo estaba operativo.
Por ahora, el servicio se limitará a un tren regional con dos frecuencias diarias que saldrá de Vilar Formoso a las 5.15 y 16.15 horas hacia Celorico da Beira, de donde partirá en sentido contrario a las 12.20 y 17.20 horas de cada día. El viaje llevará dos horas, con paradas en todas las estaciones y apeaderos de la línea.
Sin embargo, la línea de la Beira Alta seguirá cerrada parcialmente y sin poder prestar un servicio integral por las obras en los otros tramos previstos hasta Aveiro. La fecha para abrir todo el corredor está fijada para el primer trimestre de 2025, según anunció el presidente de IP, Miguel Cruz, en una comparecencia en la Assembleia da República.
La línea, que transportaba unos 600.000 viajeros en sus mejores años, lleva cerrada 30 meses por unas obras de mejora que costarán 600 millones de euros y que permitirán modernizarla y electrificarlas para el tránsito de mercancías y pasajeros.
Hasta ahora, esta obra ha chocado con hasta media docena de fechas diferentes y arrastra un importante retraso, casi tan grande como el que acumula la ejecución en el lado español de la electrificación de la línea Salamanca-Fuentes de Oñoro. No obstante, si esta vez se cumplen las previsiones portuguesas, hasta marzo del año que viene se tienen que suceder una catarata de reaperturas.
Habrá que ver si, para entonces, también han terminado las obras en el lado español. Según ADIF, la electrificación está terminada desde Fuentes de Oñoro a la estación de Tejares, ya en el municipio de Salamanca, incluyendo la conexión a los sistema de comando y energía. Es a su paso por la capital donde se han presentado más problemas.
Desde hace años se intenta terminar las obras de adaptación de gálibos, para acomodar la línea a la altura de las catenarias y cables que le dan tensión eléctrica. Estas infraestructuras aéreas han obligado a revisar las alturas libres en varios pasos elevados sobre la vía del tren que atraviesan Salamanca, porque en algunos casos no daban la altura necesaria.
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Por este motivo se demolió hace cuatro años el apeadero de La Alamedilla para, sobre el papel, adaptarlo. La obra iba a llevar cuatro meses desde agosto de 2020, pero se ha eternizado. Esas obras obligaron a cambiar los proyectos, con importante controversia entre Adif y el Ayuntamiento por la tardanza y los cambios. Ahora, al fin, se han empezado a ejecutar las obras en el apeadero y en las pasarelas y puentes sobre las vías tras volver a adjudicarlas con un sustancioso aumento de presupuesto y 12 meses de plazo de ejecución.
La obra llevará todavía un año y, cuando acabe, la línea estará lista para empezar a funcionar. Antes, tendrá que pasar las preceptivas pruebas de circulación y habrá que conectarla con la línea portuguesa en la frontera para que haya una continuidad. Trámites que todavía llevarán tiempo porque para la parte eléctrica todavía no hay empresa concesionaria.
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