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Los vecinos denuncian olores, vertidos al río y ruidos en la polémica fábrica de grasas

Los vecinos denuncian olores, vertidos al río y ruidos en la polémica fábrica de grasas

La plataforma Cuidamos Villamayor, que se ha manifestado en Villamayor, investiga el impacto medioambiental real de la factoría que ha sido objeto de distintas auditorías en las que se han verificado incumplimientos

Ana Carlos

Salamanca

Miércoles, 28 de agosto 2024, 19:50

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El hedor de la fábrica de grasas instalada a orillas del Tormes, entre Villamayor y Doñinos, lleva siendo un quebradero de cabeza para muchas personas, especialmente vecinos de Villamayor, desde 2008. Aunque lleva funcionando 30 años, no fue hasta esas fechas cuando empezaron los «olores intensos, vomitivos extremadamente fuertes y desagradables» que llevaron a los afectados a realizar las primeras manifestaciones, tal y como recuerda Ruperto Pérez.

Este sentir es el que ha llevado a los vecinos a organizarse y a celebrar su primera manifestación este martes, tras la que se ha conocido el compromiso de la Junta para estudiar la situación y activar las sanciones que tiene pendientes la empresa.

Él es el portavoz de la plataforma que ahora se ha creado Cuidamos Villamayor, enfocada en este problema y que se está organizando con distintos grupos de trabajo. Uno dará a conocer sus avances y lo que vaya sucediendo a través de las redes sociales y que cuenta con. Otro equipo, con conocimientos en física y química, se centrarán «en estudiar el impacto y lo que recogen las normas UNE, sobre posibles problemas de salud pública, ocasionados por la industria, debido a las micropartículas olorosas que está desprendiendo a la atmósfera y sobre las que actualmente se mide poco o nada».

En esta línea explican que «concretamente se está midiendo el monóxido de carbono (CO) dióxido de carbono (CO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx/NO2) y nos preguntamos ¿y la medición de los Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) donde se encuentran los bencenos y benzopirenos carcinógenos demostrado?».

«El Reglamento de Emisiones Industriales, que establece en la normativa comunitaria técnicas de medición adecuadas, recoge que se deberán efectuar mediciones en continuo de las emisiones a la atmósfera de metales pesados, dioxinas y furanos», según detalla.

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También se están estudiando las MTD, Mejores Técnicas Disponibles para el tratamiento de los olores, técnicas marcadas por la Unión Europea, así como las diferentes autorizaciones ambientales integradas (AAI) implantadas en industrias de estas características en otras comunidades. «Entendemos que dan resultado pues hay más de 500 industrias de estas en toda España», explica. Otro aspecto en el que trabajan es «leer e interpretar las actuales normas UNE 13725 y 77270, para valorar cuál estimamos mejor en los tiempos actuales».

Y como están bien organizados y quieren ser reconocibles no han dejado de lado la creación y diseño de logos y pancartas para realizar las diferentes protestas que se realicen, como la de hoy, 27 de agosto.

«Con todo ello dirigiremos en forma, a todas las administraciones, un documento sobre la situación, propuestas y soluciones al problema, en base a las normas UNE actuales, MTD de la UE y reglamento de emisiones industriales. Pidiendo ya desde aquí la creación de una ley de olores en base a la norma de más reciente creación la UNE 77270, que ya está dando resultados en el complejo petroquímico de Tarragona y en otras zonas de Cataluña» afirma el portavoz.

Muchos años de denuncias

Y aunque están centrados en los nauseabundos olores que soportan y que alcanzan también a la capital salmantina, denuncian que la fábrica, que se dedica a la fundición de subproductos de procedencia animal, también es responsable otros muchos problemas, como ha denunciado a lo largo de los años la Asociación de Vecinos ASOVEGASA.

Uno de estos problemas son los vertidos al río Tormes que se observaron durante varias noches en agosto de 2022, entre las 22.30 horas y las 2 de la mañana. Realizaron la correspondiente denuncia ante el Seprona y la Confederación Hidrográfica del Duero, «denuncia que entendemos llegó a la Fiscalía de Medio Ambiente de Salamanca», apuntan.

Otro de los problemas son los ruidos, que afecta a quienes residen más cerca y por tanto son menos conocidos.

Por todos estos asuntos, olores, ruidos y vertidos han insistido ante la Junta de Castilla y León por el problema de los olores, ruidos y vertidos. Así consiguieron que en septiembre del año 2023, se realizase una nueva auditoría de inspección a la fábrica (ha habido otras anteriores), «en la que se detectan nuevos incumplimientos y se vuelve a proponer la revisión de oficio de la Autorización Ambiental Integrada». De nuevo los vecinos, también ya junto el Ayuntamiento de Villamayor, insisten ante la Junta «para que se realice de una vez por todas la revisión de la AAI y, que sea más exigente, más controlada para que a través de los sistemas necesarios, se eliminen los episodios de olor que tantas molestias vienen ocasionando» insiste.

Imagen de uno de los vertidos al río Tormes en 2022 facilitada por los afectados.

«Aún, nos queda otro tema que abrir y si fuera posible cerrar, cuanto antes, el traslado de los subproductos animales hasta las plantas de transformación, conocido es por todos el camión al que se le abrió la puerta trasera en la zona de Capuchinos, cayendo todo lo que transportaba hacia la planta de Aldeaseca de la Frontera y ocasionó el hedor, que muchos sufrieron», recuerda. Pero ese no fue el único incidente, detalla. También se han producido otros vertidos de este tipo en otros puntos de la provincia, uno de ellos incluso en la calle Astorga de la capital.

Según sus investigaciones, aseguran que a la fábrica de Salamanca llegan «pollos de Lugo, vacas de Andalucía. Esto va para biocombustibles. Estos están comprando un montón aunque, por cierto, tienen límite de toneladas para destruir que se la saltan en los informes».

Las múltiples causas de los olores

Las vacas llegan muertas, en camiones sin refrigerar, con una lona tapada» y prosigue describiendo «con el calor que hace esos cuerpos flotan, se mueven para un lado y para otro, se abren las puertas y salen al asfalto. Vienen en descomposición están comprando mucho, están los camiones aparcados en la planta, eso huele, lo meten, tienen unas puertas que deberían que descargar el volquete para que no se produjera olor, bajar las puertas ir a la cinta, de la cinta a la picadora, de la picadora a la fundidora, de la fundidora a los depósitos y lo que es sólido que no es capaz de fundirlo va a parar al digestor, el digestor da vueltas y vueltas con una pala y lo que sale es la harina de carne.

Entonces, son diversas las causas de los olores. «Material en descomposición con desplazamientos largos, termodestructores que no están bien limpios porque no hacen para nada la pirólisis que deberían hacer, es decir la limpieza en caliente de los hornos, y luego hornos antiguos que no alcanzan la temperatura que deberían alcanzar, como mínimo 850 grados» para hacer bien su función sin olores, según detalla.

«Antes no se quemaban los mismos elementos o subproductos animales que se queman ahora, porque lo que son las vacas, los corderos y estas cosas se echaban al campo y los buitres se los comían»

Ruperto sabe de qué habla porque conoce el sector. «Yo trabajé en una industria de estas características en Guijuelo hace 42 años. Entonces no se quemaban los mismos elementos o subproductos animales que se queman ahora, porque lo que son las vacas, los corderos y estas cosas se echaban al campo y los buitres se los comían. Pero a raíz del tema de las vacas locas es cuando empieza a regular la Unión Europea en 2007-2008 el destruir todo ese tipo de animales que vienen con la posibilidad de transmitir esa enfermedad y hay que destruirlo por completo para que no llegue a la cadena de alimentación humana».

Y es en ese momento cuando empezaron los olores en esta fábrica que lleva 30 años funcionando. Los afectados han tratado de encontrar soluciones con todos los medios posibles. «En septiembre del 2020 comenzamos a reunirnos con la empresa y la JCyL sección Medio Ambiente, siempre a través del diálogo, pero esto no ha servido de nada, pues hemos ido a peor, actualmente no existe diálogo pues consideramos que no se puede aguantar más, aunque consideramos que sigue siendo necesario».

Lo que desean es que todo se solucione cuanto antes y de la forma adecuada. Asegurarse de que no les molestan ruidos ni olores. Pero sobre todo, que se garantice que tanto su salud como la del entorno no están comprometidas.

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