El encierro por la gripe aviar con 900 gallinas de campo en Salamanca: «Las pobres lo que quieren es salir»
Florián Hernández, un pequeño productor de Aldehuela de Yeltes, convive con el riesgo del gran humedal del pueblo y la alteración que produce el encierro a sus aves
La rutina de las explotaciones aviares ha cambiado en pocos días por culpa de la expansión de la gripe aviar. El riesgo de contagios procedentes de aves silvestres que traen el virus en las migraciones ha obligado a confinar todas las explotaciones y miles de aves en la provincia. Pero los que más lo están sufriendo pueden ser aquellas granjas cuyo funcionamiento consiste en que estén al aire libre.
Esto es lo que le está pasando a Florián Hernández, titular de Camperos Río Yeltes, una pequeña explotación de gallinas de huevos de campo en la localidad de Aldehuela de Yeltes con 900 gallinas ponedoras acostumbradas a 'tocar suelo' y pasar el día en el exterior. Es una de las muchas explotaciones de pequeño tamaño, ecológicas y de autoconsumo o destinadas a producir carne o huevos para su venta directa al consumidor, que funcionan en Salamanca y ahora tienen que encerrarse.
Según los datos de la Junta, el censo aviar de la provincia incluye explotaciones en 28 localidades de Salamanca con capacidad para 350.000 aves para producción de carne y un censo de reproductoras de 180.000 y otros 23.000 ejemplares de ponedoras para producción de huevos; además, unas 2.000 explotaciones son domésticas o de autoconsumo. Ahora, todas ellas están el alerta y bajo la obligación de confinar a sus aves para prevenir contagios. Inicialmente fue una recomendación y limitada a un medio centenar de municipios, algunos con grandes explotaciones, pero ahora es para todas.
Al ver venir la situación, Florián decidió anticiparse y lleva ya unos días con sus gallinas encerradas, desde el jueves. «En un anterior brote las encerramos y fue una locura, como está siendo ahora. Entras por la mañana y es un alboroto, las pobres lo que quieren es salir, son animales y no entienden la situación», explica el titular de la granja.
«Por las mañanas es una locura hasta que no se estabilizan, ponen el huevo y comen un poco. Pero ellas tienen la idea de salir a la calle y, en cuanto te descuidas un poco en la revisión y abres la puerta, si te descuidas se te escapa alguna. Son animales que a las 9 de la mañana están fuera», explica Florián.
«Por las mañanas es una locura hasta que no se estabilizan, ponen el huevo y comen un poco. En cuanto abres la puerta, si te descuidas se te escapa alguna»
«Llevamos una semana así, desde que empezaron a hablar del tema. Aquí donde las tengo tenemos cerca la laguna del Cristo, hay bastantes aves migratorias y el miedo siempre está», comenta. En efecto, en el municipio se localiza este importante humedal, de los más grandes de la provincia y con gran afluencia de aves en estos momentos. Justo el vector de riesgo más importante.
«Claro que les afecta, bastante, son animales que quitando el mes que hay que tenerlas a la llegada para que conozcan la nave y aprender dónde tienen que poner el huevo y tener la comida y la bebida, han estado todo el tiempo fuera», relata sobre el efecto del encierro en los animales.
Qué pasa con los huevos
«En la producción, de momento no he notado nada. Y en la calidad tampoco porque son días cortos, con menos sol, que les viene muy bien. La semana pasada que las encerramos estaban los días así, de lluvia, no les gusta mojarse, abrías la puerta y salían cuatro. Esperemos que si son los quince días cuando le abramos se haya ido el temporal», ha comentado. Él mismo consume estos huevos a nivel doméstico y en un negocio de hostelería y no ha notado pérdida de calidad.
Ahora, a Florián sólo le queda esperar y cuidar de sus gallinas. «Lo único bueno que le veo a esto es que la hierba que venía naciendo cogerá fuerza y los parques por dónde salen a hacer el día estarán bien recuperados», comenta con esperanza.
