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La saturada agenda del presidente ha sido la excusa esgrimida por los servicios de protocolo de Presidencia de la Junta de Castilla y León para explicar la imposibilidad de que Alfonso Fernández Mañueco mantenga un encuentro con representantes de asociaciones contrarias a la instalación a escasos metros de numerosos pueblos de Castilla y León de plantas de biogás, biometano o megagranjas de distintos tipos.
Una de las entidades que había firmado esa petición formal para abordar este asunto era Cuidamos Villamayor, la plataforma ciudadana que desde hace tiempo viene denunciando los malos olores que produce una planta de tratamiento de residuos animales, que afectan también a Salamanca capital y su alfoz, y que ha advertido que las previsiones para Salamanca son bastante preocupantes.
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Los representantes de los municipios afectados consideran que esta respuesta no satisface sus demandas y aseguran que «queremos ser escuchados» porque «nuestra preocupación no es infundada». Según las estimaciones, de la propia Junta de Castilla y León, recuerdan, está prevista la construcción de hasta 60 macro-plantas en cada una de las provincias de la comunidad, «lo que consideramos una cifra desmesurada y carente de planificación estratégica». Estas instalaciones, diseñadas para concentrar actividades agroindustriales a gran escala, han sido objeto de críticas por sus impactos negativos, como la contaminación del suelo y de las fuentes de agua, el aumento de malos olores y el deterioro de la salud pública en zonas cercanas.
En la contestación remitida a las asociaciones, el gabinete de Mañueco incluye agradecimientos y la promesa de que la Junta abordará las inquietudes de manera indirecta. Además recuerdan las palabras del propio presidente hace unos días en las que aseguraba que «hay que escuchar a la gente del pueblo, a la España real. Hay que contar con su experiencia y con su criterio. El PP de Castilla y León somos el partido de la tierra, estamos pegados al terreno», e insisten en que «queremos ser escuchados, queremos un diálogo directo con la máxima autoridad de la región, ser escuchados directamente por quien toma las decisiones estratégicas en Castilla y León. Estas macro plantas y macro granjas no solo afectan al medio ambiente, sino que comprometen el futuro de nuestros hijos y el de toda la comunidad rural».
Y es que la polémica en torno a la proliferación de macro-plantas y macro-granjas en Castilla y León ha cobrado un nuevo capítulo con la negativa del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a reunirse con representantes de varias localidades afectadas. En un contexto de creciente descontento social y ambiental los ciudadanos de Castilla y León alzan la voz para exigir un diálogo directo con la administración autonómica sobre el impacto de estos proyectos.
La solicitud, presentada mediante un escrito formal, recoge el planteamiento de Cuidamos Villamayor, aportando soluciones y también la inquietud de todos los afectados frente a lo que consideran una amenaza y despropósito para el equilibrio ecológico, la sostenibilidad económica y la calidad de vida en la región.
La expansión descontrolada de las macro-plantas y macro-granjas se ha visto favorecida por la ausencia de una legislación y, planificación autonómica que regule este tipo de instalaciones, «no se puede permitir la implantación, sin una legislación, regulación previa», señala Cuidamos Villamayor en un comunicado.
«En las zonas donde ya operan este tipo de instalaciones disminuyen las oportunidades económicas tradicionales, como la agricultura de calidad o el turismo rural. Además, los recursos hídricos se ven sobre explotados, algo que, en nuestra región, con problemas recurrentes de sequía, resulta catastrófico», siguen explicando en el comunicado.
«Insistimos en la necesidad de que las decisiones relacionadas con proyectos de esta magnitud sean tomadas de manera inclusiva, considerando las voces y las realidades de las comunidades que se verán directamente afectadas. Además, es necesario una legislación urgente sobre la instalación de macro-plantas y macro-granjas, estableciendo límites y condiciones que prioricen la sostenibilidad y el bienestar de los ciudadanos» afirman.
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Para ellos, el modelo de desarrollo que estas instalaciones representan no es compatible con la esencia de nuestros pueblos. Si no se detiene a tiempo, la cultura, la biodiversidad y el tejido social de Castilla y León estarán en peligro.
«Como ciudadanos merecemos un trato justo y cercano para poder resolver esta problemática que parece no ver el señor Mañueco», concluye el comunicado remitido por Cuidamos Villamayor.
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