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El azud de Riolobos y una planta solar flotante en un embalse. ICAL
El plan para instalar placas solares flotantes en Salamanca que afecta a un santuario de aves

El plan para instalar placas solares flotantes en Salamanca que afecta a un santuario de aves

El azud de Riolobos, un humedal de alto valor ecológico, era uno de los enclaves propuestos para desarrollar el potencial fotovoltaico de los embalses en los que la provincia es líder con 10.000 hectáreas de masas de agua disponibles

Félix Oliva

Salamanca

Lunes, 5 de agosto 2024, 08:17

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La instalación de placas solares flotantes puede reforzar la posición de Salamanca como gran productor de energía limpia. Si la provincia ya es líder en producción de electricidad gracias a las centrales hidroeléctricas, el paso natural es aprovechar las grandes masas de agua de los embalses para instalar plantas fotovoltaicas y aprovechar la enorme superficie disponible. Sin embargo, eso puede amenazar también lo que se ha convertido en un santuario para las aves migratorias y uno de los enclaves con mayor valor ecológico: el azud de Riolobos.

El consejo de Ministros ha aprobado en las últimas semanas el real decreto que regula la instalación de plantas fotovoltaicas flotantes en embalses en el dominio público hidráulico. Esta norma, que se ha estado fraguando desde 2022, establece las condiciones para poder poner placas, un tipo de explotación que incrementaría el rendimiento energético de los embalses españoles.

En este caso, Salamanca puede ser una de las grandes beneficiadas por la enorme superficie de los embalses que alimentan sus potentes centrales hidroelétricas en Santa Teresa y en el complejo del Duero en Aldeadávila. Son instalaciones capaces de acumular en forma de agua la energía necesaria para abastecer tres días completos el consumo de toda España. En total, suman unas 10.000 hectáreas de superficie sobre las que colocar estas centrales flotantes, lo que podría dar cabida a más de mil hectáreas de placas: la mayor planta en tierra en la provincia, la de Villarino, tiene 300 hectáreas.

Además, este tipo de instalaciones producen más electricidad que sus equivalentes en tierra, gracias al efecto de enfriamiento del agua, reducen la evaporación que sufren estas grandes masas y la aparición de algas.

Ahora, y según el decreto recién aprobado, entre un 5 y un 15% de las superficie de los grandes embalses de Salamanca podría albergar plantas solares flotantes de las más grandes de España, que se lanza a conquistar este mercado. Los más de 8.600 hectáreas de Almendra, entre Salamanca y Zamora, y los 2.663 de Santa Teresa dan para mucho, aunque su uso para esta actividad dependerá de condiciones y permisos.

En función de la extensión autorizada para estas nuevas plantas fotovoltaicas flotantes, la capacidad de producción de los embalses se podría ver incrementada. Sin embargo, hay determinados límites a la superficie de placas en función de la calidad del agua, de si son masas de agua de creación artificial y de la protección ambiental de la que gocen.

Embalses aspirantes

El ministerio ya hizo un primer listado de los embalses candidatos. Fue en el borrador del real decreto en un anexo que ahora no acompaña al texto final. Según aquel borrador, si se tienen en cuenta las condiciones y la superficie potencial de instalaciones fotovoltaicas que el Ministerio recogía en su primera estimación, en los pantanos de la cuenca del Duero podrían colocarse placas en 93,8 hectáreas distribuidas en tres espacios: San José, en la provincia de Valladolid; Azud de Riolobos en Salamanca; y Castro de las Cogotas y Fuentes Claras en Ávila.

Planta solar flotante en un embalse de Portugal. EDP

La lógica apunta a que este tipo de instalaciones tendrían más sentido en Almendra o Santa Teresa, ya dedicadas a la producción energética y cuyas aguas no tienen valores ecológicos que proteger, y donde se dispone de una enorme superficie libre que no impediría otros usos como los turísticos o deportivos. De hecho, en la vecina Portugal ya lo están haciendo.

Según el decreto, la extensión de estas instalaciones se establecerá en función del estado trófico del embalse de que se trate: cuanto peor sea la calidad de sus aguas, mayor podrá ser su cobertura. Así, se limita el porcentaje máximo de superficie total cubierta a un 5% cuando se trate de embalses no eutróficos, y a un 15% en el caso de que sea eutrófico o en riesgo de eutrofización, es decir, cuando haya una productividad biológica alta.

Las confederaciones hidrográficas podrán promover concursos públicos para otorgar las autorizaciones y concesiones en embalses de titularidad estatal. Las concesiones tendrán una duración máxima de 25 años. Una vez se disponga de los derechos de acceso y conexión a la red eléctrica, las empresas aspirantes podrán solicitarlo y estarán sujetas a un canon.

Además, no se instalarán plantas fotovoltaicas en lagos, lagunas u otras masas de agua que no se consideren muy modificadas o artificiales, ni en aquellas superficies que, siendo muy modificadas o artificiales, estén afectadas por alguna figura de protección ambiental. Y esto es lo que puede sacar del peligro al azud de Riolobos.

Placas en un humedal con 10.000 aves

El listado de embalses de titularidad estatal en los que, según el primer anexo al real decreto, se podrían ubicar placas solares flotantes incluye 105 ubicaciones en las cuencas del Guadiana (28), Guadalquivir (24), Tajo (20), Ebro (18), Júcar (6), Segura (5), Duero (3), Miño-Sil (1).

En la lista de los correspondientes a la cuenca del Duero se encontraba inicialmente el Azud de Riolobos, en Salamanca. Lo está porque es de titularidad estatal y será el propio ministerio el que decida.

Se trata de un embalse artificial que se hizo para completar el sistema de regadío en la comarca de Campo de Peñaranda, pero que se ha convertido en un enclave privilegiado para la reproducción y observación de aves. Tiene algo más de 360 hectáreas de superficie total y según el ministerio el estado de sus aguas es eutrófico. Según los primeros cálculos, podría albergar hasta 40 hectáreas de placas.

Al ser de creación artificial, no habría obstáculo para poner aquí una gran planta, de momento sólo está prohibido poner placas en masas que no se consideren muy modificadas por la acción humana. No obstante, esta laguna figura en el catálogo de humedales de Castilla y León y está protegida, aunque no se encuentra en el Inventario Español de Zonas Húmedas (IEZH). Serán las confederaciones hidrográficas de cada región las que vigilarán que las instalaciones cumplan las normas y que el entorno no se vea alterado.

El azud de Riolobos es uno de los humedales de Salamanca con mayor valor ecológico justo cuando charcas y lagunas están en retroceso en la provincia: se llegaron a contabilizar un millar y ahora sólo una docena están catalogadas y sobreviven alteradas.

El número total de especies detectadas en el área supera las 200, de la cuales aproximadamente la mitad son especies ligadas al medio palustre. En algunos de los censos de aves acuáticas realizados durante la época de migración postnupcial se han alcanzado cifras de más de 10.000 individuos, habiéndose obtenido un máximo de 11.136 aves en 2004. El pasado enero se avistaron 1.900 grullas en una de las primeras jornadas de observación.

Ahora toca saber si en este santuario de aves migratorias, a pocos kilómetros de la capital, los pájaros tienen que convivir con las placas solares o si, de lo contrario, los promotores encuentran en los grandes embalses un lugar más adecuado.

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