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Una vecina de Aldeatejada lamenta las pérdidas de su huerta. José Manuel García

Los afectados por las inundaciones piden «salud para poder levantarlo todo otra vez»

Los vecinos de Aldeatejada hacen recuento de las cuantiosas pérdidas materiales como consecuencia de las intensas precipitaciones

Laura Linacero

Salamanca

Lunes, 9 de enero 2023, 13:11

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En las fachadas de las casas, la marca del agua sirve de recuerdo para no olvidar lo que sucedió ayer en el municipio salmantino de Aldetejada. Aunque no hace falta ninguna señal para que el 8 de enero de 2023 quede en la memoria de los vecinos de la localidad para toda la vida. Objetos arrastrados por la corriente, alcantarillas levantadas y carreteras destrozadas es la estampa de un pueblo que ayer vio como el agua arrasaba todo a su paso. En poco más de dos horas, las intensas precipitaciones provocaron inundaciones históricas en la localidad y aún los garduños se explican cómo pudo pasar este desastre natural. «Llevo cincuenta y cinco años aquí y jamás había visto nada parecido, inundaciones sí pero algo así nunca», comenta Carmen, una de las vecinas que hoy lamenta las pérdidas ocasionadas.

Las lamentaciones son hoy el eco de este municipio. Aunque solo se han registrado cuantiosos daños materiales, estos se hacen personales cuando atañen a la vida diaria de los vecinos. Es el caso de Miguel Ángel, un vecino de la localidad que gestiona una ebanistería en el municipio. El taller donde trabaja y realiza los muebles ha medida quedó inundando con un metro de agua. Máquinas perdidas, decenas de sacos de pellets inservibles, maderas apiladas que pasarán a ser leña y una vida de trabajo arrasada por las lluvias. «Una desgracia, la mayoría de las máquinas están afectadas y siento una impotencia indescriptible», explicaba Miguel Ángel que estima las pérdidas en 30.000 euros.

Con lágrimas en los ojos y sin encontrar explicación, igual que su mujer Dori que apenas puede articular palabra, tratan de consolarse como pueden. «No queda otra que aguantarse, al agua no se le puede parar y no hemos podido hacer más», añade. Cuando a las 18:00 horas de la tarde comenzó a caer agua, no esperaban que las consecuencias fueran tan devastadoras. «Cuando empecé a ver cómo subía el agua, la única preocupación era poder salvar las máquinas», explica. Así, suplicaba ayuda a sus vecinos que no dudaron en socorrerle para tratar de elevar las máquinas y evitar que entrara así agua. No solo el taller se ha visto afectado, sino que las vallas que cercan su casa también han sido arrasadas por la corriente. «Se ha llevado los troncos que cortamos en verano para leña, se ha llevado todo», lamenta.

«Me he quedado viuda hace poco y la huerta era la ilusión de mi marido, ahora está todo destrozado»

Ahora la mirada está puesta en el futuro y en intentar ir limpiando y secando poco a poco el interior del taller pero, reconoce que es cuestión de tiempo y «el barro es lo peor». Sin embargo, los días corren en su contra y es que hasta que el taller no esté de nuevo operativo, no puede continuar con su trabajo. «Teníamos hecho un mueble de un encargo, a falta de barnizarlo, ha quedado destrozado. Ahora a hacerlo de nuevo», apunta. «Salud para poder levantarlo todo otra vez», le tratan de consolar sus vecinos que se acercan a su casa para ofrecer su ayuda ya que ha sido una de las propiedades más afectadas por las inundaciones.

Aunque no la única. Las huertas también han quedado pisadas por el agua y los destrozos son evidentes. En este caso, rescatar a los animales fue la prioridad y muchos fueron los vecinos que se trasladaron a las fincas y bodegas de la localidad para salvar a los caballos y perros que se encontraban allí. Sin embargo, algunos no consiguieron socorrerlos. «He perdido las gallinas que murieron ahogadas porque no pude salvarlas», lamenta una mujer que, en su huerta, ve el trabajo de una vida echado a perder. «Me he quedado viuda hace poco, y esto era la ilusión de mi marido, y ahora mira cómo esta, todo destrozado», comenta entre sollozos. El consuelo es inservible y las lágrimas no sólo responden al esfuerzo perdido sino a la impotencia de no haber podido evitarlo. «No pudimos hacer nada, hoy cuando lo he visto por la mañana se me ha caído el alma a los pies», lamenta.

Daños materiales en el municipio

Los daños particulares no han sido los únicos estragos de estas inundaciones históricas de Aldeatejada. El puente del camino de Miranda ha sido arrasado por la corriente hasta levantar el asfalto y las baldosas. Un nexo sobre el Arroyo de El Zurguén que une el municipio con la localidad de Miranda de Azán, y que por el momento está intransitable. «Mucha gente ataja por ese camino, porque por la autovía se tarda quince minutos más», comenta Carmen.

Un puente que hace poco arreglaron para facilitar el paso y que se ha visto desbordado por la fuerza del río. Los vecinos se acercaban curiosos para ver la magnitud del destrozo y todos coinciden: «No es ni parecido verlo en fotos que verlo con tus propios ojos», comentan. Una imagen que comparan con «las catástrofes que se ven en la tele» y que, lamentablemente, ha traspasado la pantalla en la vida de los garduños.

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