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Conoce la historia que esconde el mes de febrero y sus 28 días

Conoce la historia que esconde el mes de febrero y sus 28 días

El segundo mes del año no siempre ha existido, pero desde su aparición, el calendario ha sufrido diferentes modificaciones hasta llegar a la actualidad

Nerea Fernández

Lunes, 27 de febrero 2023

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El tiempo pasa volando y el segundo mes del año aún más. Este febrero de 2023 tan solo tiene 28 días de esos 306 que quedan por cumplir hasta finalizar el año. Lo cierto es que para entender por qué unos meses tienen 30 días, otros 31 y otros como es el caso de febrero, cambia de 28 a 29 cada 4 años, debemos remontarnos al VIII a.C.

Lo cierto es que desde la época de los romanos, los calendarios han sufrido diferentes modificaciones, de hecho, se puede considerar a febrero junto con enero, uno de los meses más jóvenes. Pero, en 2023, se utiliza de forma oficial el mismo almanaque en casi todo el mundo. Éste contiene 365 días, excepto cada 4 años, que se suma una jornada más. 366 días producidos por un desajuste en el segundo mes del año que, pese a no sufrirlo este 2023, sí se notará en 2024, convirtiéndolo en bisiesto.

28 días más de historia

En el siglo VIII a.C, los romanos se regían por el calendario de Romulus. Un sistema en el que tan solo se recogían 10 meses, cuatro de ellos con 31 días, y entre todos sumaban 304. Esto quiere decir que en la antigua Roma el año no comenzaba hasta marzo y las razones por las que no contaban con los meses de enero y febrero se debe al frío invierno que no permitía que las cosechas renacieran.

Las bajas temperaturas hacían que los agricultores se enfrentasen a numerosas dificultades a la hora de trabajar, por ello, este periodo se quedaba fuera del calendario. Para ello, la anotación de los días solo servía como una guía para el trabajo en el campo, por lo que, si no se podía cosechar, no merecía la pena registrar esa temporada.

Con el paso de los años, los romanos tuvieron la necesidad de alinear el calendario con las lunas y esto derivó en 355 días y 12, en ese momento, se añadieron los meses de enero y febrero. Además, que el segundo mes del año tan solo tuviera 28 días fue por pura superstición. Por otro lado, los emperadores decidieron añadir más días por culpa del desajuste respecto al sol, pues así, compusieron meses de más o menos días según sus necesidades.

365 días de Julio César

En el años 45 a. C, Julio César ordenó a Sosígenes de Alejandría, la elaboración de un nuevo calendario con 365 días y seis horas. Con esta misma cifra trabajaban los egipcios porque se ajustaba mejor al calendario solar.

La repartición de estos nuevos 10 días se hizo de forma ordenada, desde marzo a enero, y convirtieron los meses de 29 días en 30 y los de 30 en 31. Por otro lado, febrero al ser el último mes del año no se llevó ningún día extra y para evitar de nuevo un desajuste, se estableció que cada cuatro años habría un año bisiesto.

Última modificación hasta la actualidad

Julio César cometió un error en sus cálculos y con el paso de los siglos, el calendario no estaba en concordancia con las estaciones y provocaba que la Semana Santa se acercaba demasiado al verano. Una consecuencia que no gustó mucho al Papa Gregorio XIII y realizó el último cambio en los días del año.

El objetivo principal del líder de la Iglesia era que el equinoccio de primavera en el hemisferio norte fuera el 21 de marzo en vez del 11. Lo cierto es que tratando de ajustar el calendario, el Papa se encontró con un desajuste de 10 días en el año 1582. Éste los eliminó y decretó que el día siguiente al 4 de octubre de ese mismo año sería 15 de octubre. También cambió el inicio del año, convirtiendo así a enero en el primer mes y marzo en el tercero.

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