La antigua capilla de los condenados a muerte en Salamanca que pone a salvo su valiosa fachada barroca
La obra de rehabilitación para convertir la capilla de la Misericordia en apartamentos está terminada en el exterior después de un año con una estructura colocada con soportes a la fachada que debe evitar que el agua de lluvia caiga directamente a la piedra
La rehabilitación de la capilla de la Misericordia, una antigua iglesia que después fue salón sindical y dejó de ser templo, toca a su fin con algunos últimos retoques. Tras sustituir todo su tejado, momento en el que quedó totalmente al descubierto, y limpiar toda su fachada, este monumento que lleva años en la Lista Roja del patrimonio en peligro parece otro. Y ahora se ha instalado un elemento que tiene una función importante: proteger su piedra de la lluvia.
La capilla, que tiene 800 años de historia, lleva en obras cerca de un año completo. Durante siglos fue hospital de peregrinos, última morada de los condenados a muerte, salón sindical y taller de artes gráficas, su último uso. Está desacralizada hace tiempo y perdió uno de sus elementos más importantes cuando se cedió a la Unión Ferroviaria y Obrera para la celebración de actos culturales: en 1916 su espadaña barroca que hoy forma parte de la Iglesia Vieja de Pizarrales.
El último añadido es un tejadillo hecho de cristal que se ha instalado en su fachada y que sustituye al antiguo que tenía antes de la rehabilitación, hecho en uralita. Además de peligroso, ese material causaba una mala impresión sobre el edificio que hasta hace unos meses se encontraba en un estado lamentable. El pequeño alero de teja de fibrocemento redondeaba esa sensación.
Tras ser eliminado, ahora ha sido reemplazado por una estructura de cristal que tiene un impacto visual más ligero y permitirá admirar su labrada fachada, aunque su función principal debe ser otra. Este tejadillo debe proteger la piedra de la caída del agua, que durante años ha deteriorado los sillares de piedra de Villamayor hasta borrar el labrado en el lado izquierdo frente a la puerta principal de su portadita barroca.
La Capilla de Nuestra Señora de la Misericordia tiene su origen en 1389, cuando Doña Sancha Díaz donó en su testamento una casa y un lagar para construir un albergue u hospital en el que inicialmente se atendía a romeros y peregrinos. Las portadas actuales son plateresca y barroca, de los siglos XVI y XVIII; esta última, muy decorada, hoy entre contrafuertes (uno tenía originalmente), se atribuye a Andrés García de Quiñones.
Desde la reurbanización de la Plaza de San Cristóbal, a finales de la década de los 90, el edificio padece un intenso proceso de arenización de su sillería de piedra de Villamayor, motivo de su inclusión en la lista roja del patrimonio: este es el único intento que se ha hecho para evitar que todos sus elementos acaben convertidos en arena.
Un año de obras
El tejadillo de vidrio es una de las últimas medidas que se han tomado en el proyecto de rehabilitación para convertir el edificio en ocho apartamentos turísticos, un nuevo uso para el que se ha cambiado su distribución interior. Los trabajos han llevado cerca de un año.
Tras años de trámites infructuosos con su propiedad, la Diócesis de Salamanca, se consiguió enfocar su futuro con mejoras para evitar humedades futuras en la fachada en un edificio que estaba abandonado y ahora tendrá uso.
Durante el tiempo que han durado las obras, se eliminó su cubierta de uralita y se ha procedido a diversas actuaciones que frenarán su deterioro y que su propiedad no había acometido a pesar de los requerimientos. Se cambió todo su artesonado y se ha actuado en los grandes problemas que tenía.
Antes de la restauración
Después de la restauración
También se han eliminado los añadidos de hormigón repartidos por toda la construcción, también en la fachada; se han cambiado las ventanas de cerrajería que rompían la estética del conjunto por otras conformes y acordes; y se va a actuar contra las futuras humedades.
También tiene una cámara exterior de vigilancia y unos nuevos faroles anclado a su fachada, aunque no corresponden con los originales de su estilo. Su aspecto no tiene nada que ver con el que, por desgracia, ha tenido durante años.
