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El antiguo caserón de la Avenida de Italia es el tercer edificio protegido de Salamanca que está rodeado en estos momentos por andamios para su rehabilitación. Se trata de construcciones que figuran en el catálogo municipal y que tienen que ser conservados, pero para los que se abre un futuro incierto, cercados por andamios y sometidos a rehabilitaciones en las que la conservación de su aspecto original no es segura.
No van a ser los únicos, porque en los últimos años se han concedido licencias para numerosos proyectos que transformarán desde conventos a palacios, edificios de estilos contemporáneos, viejos inmuebles del centro histórico... Cuyo aspecto final tras las obras es una incógnita.
Este lunes han empezado a colocarse los andamios en la antigua villa de la avenida de Italia. El edificio, datado en 1926, es de estilo neobarroco y lleva años amenazando ruina. De hecho, fue declarado como tal oficialmente y sacarlo de esta situación ha llevado una década de trámites por la actual propiedad.
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Ahora, los andamios lo rodean para iniciar las obras de rehabilitación. El proyecto incluye la construcción de seis viviendas y un garaje subterráneo con 86 plazas, pero que comparte con el edificio de nueva construcción que se va a hacer en el solar contiguo.
Cuenta con licencia para ejecutar un proyecto de restitución tipológica. La actuación consiste en desmontar, derribar y reconstruir con el mismo aspecto, como se ha hecho en un edificio gemelo a poca distancia. Para ello, se ha procedido a escanearlo en 3D para estudiar su estado a fondo, fotografiarlo y decidir qué elementos originales se mantendrán, cuáles se pueden reconstruir y los que tendrán que ser fabricados nuevos.
A partir de ahí, habrá que ver hasta qué punto conserva su aspecto original o si el resultado se aleja de lo que era. Según su ficha de protección, hay que conservar lo esencial. Datado en 1926 y obra de Luis Vega, figura con protección estructural, lo que limita las opciones: en teoría, no se puede vaciar sin más y hay que conservar todos sus elementos característicos.
Con todo, su situación mejorará porque se va a hacer una cimentación correcta, que es su principal problema. Habrá que intentar mantener los rebocos de su fachada o su original galería acristalada.
Además del caserón de la Avenida de Italia, ahora mismo otros dos edificios con cierta protección se encuentran tomados por los andamios. Uno de ellos es el antiguo 'Poney Pisador' de la plaza de San Juan Bautista. La obra lo va a convertir en apartamntos turísticos, pero la rehabilitación, aunque conserva elementos originales, ha modificado seriamente su aspecto.
Al edificio, protegido y de más de un siglo, le han nacido dos plantas nuevas por encima de las que tenía y que ha quedado irreconocible. El motivo es que el proyecto tenía permiso para conservar la fachada y derribar todo el interior y construir internamente un nuevo edificio.
Durante la obra se ha procedido a volver a montar los elementos originales de la fachada, piedras que fueron numeradas una a una para volver a colocarlas en su sitio, pero las dos nuevas plantas trastocan su imagen de forma severa.
Otra construcción histórica con andamios afecta a los únicos restos de un importante escudo nobiliario. Se encuentra en un punto alejado del casco histórico, en el extremo final de la Gran Vía. El edificio no cuenta con protección, pero alberga un valioso escudo esquinero con cerca de 500 años de antiguedad que pasa muy desapercibido, pero que destaca en lo que fue una de las zonas monumentales más relevantes de la ciudad.
Se trata del escudo de don Diego de Velasco, una pequeña pieza ubicada en un edificio de la calle del Rosario. Las obras en la construcción han obligado a tomar ciertas cautelas para asegurar su conservación, ya delicada, por el estado en el que se encuentra. Un vestigio de lo que fue un importante barrio conocido como el corralito de Santo Tomás por la cercana iglesia, a la que este escudo está ligado.
Para que no se produzcan daños en el blasón, que está protegido en el catálogo municipal, Patrimonio autorizó el desmontaje del escudo bajo su supervisión técnica. Actualmente, este medio escudo esquinero del obispo Velasco se encuentra en muy mal estado y rodeado de cables que lo afean, impiden verlo y complican su conservación.
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