Blindaje a los jardines de tres millones de Salamanca contra pisotones y orines

Las nuevas franjas ajardinadas en los paseos del parque de La Alamedilla son el último ejemplo. Tras colocar las plantaciones que darán un renovado color a este histórico pulmón verde, los operarios municipales han completado la actuación con el despliegue de un vallado que se ha generalizado en el centro de la ciudad. El motivo, proteger de los vándalos las plantaciones que forman parte del proyecto LIFE Vía de la Plata y otras actuaciones que han costado cerca de 3 millones de euros y que están siendo pasto de pisotones y orines de mascotas.

En las últimas semanas, estas verjas metálicas, trenzadas con alambre, han empezado a aparecer en prácticamente todas las zonas verdes de la ciudad que son susceptibles de proteger. Entre ellas, las del corredor verde que atraviesa el centro histórico, pero no exclusivamente, porque los vándalos no hacen diferenciaciones.

El motivo, como confirman desde el Ayuntamiento de Salamanca, es proteger las nuevas zonas verdes que por las que se ha optado, una mezcla de arbustivas y plantas capaces de aguantar bien el clima de la capital. Oficialmente, se trata de garantizar su crecimiento y evitar que se cuelen perros a hacer sus necesidades.

Detrás de esta decisión está el aumento de los actos vandálicos que se ha registrado en los últimos meses precisamente desde que se estrenaron las plantaciones en el LIFE Vía de la Plata. El corredor verde que atraviesa la ciudad, presupuestado en 2,8 millones, consiste en renaturalizar varios tramos dela ciudad a partir del antiguo trazado de la calzada. Uno de ellos discurre íntegramente por el centro urbano con un recorrido que une la puerta de Zamora con la salida sur por San Pablo.

Fue precisamente ahí donde empezaron las gamberradas. La actuación contemplaba plantaciones en la propia rotonda de la puerta de Zamora y, después, una serie de pequeños jardines y arbolado a lo largo de la calle del mismo nombre para atravesar la Plaza Mayor, salir por Poeta Iglesias y continuar por la calle San Pablo.

En todo este recorrido hay plantaciones protegidas como las de la propia Puerta de Zamora (con una valla metálica que las separa del tráfico) o el árbol y flores colocado junto a la estatua de Churriguera en Poeta Iglesias, que también tiene una valla de forja. Sin embargo, el resto se plantearon para carecer de protección.

En enero pasado se supo que se habían producido los primeros actos vandálicos contra las nuevas zonas verdes de la calle Zamora. Fue entonces cuando aparecieron los primeros vallados, que consisten en listones de madera los que se ancla un mallado de alambre.

El motivo de la medida trascendió poco después: las plantaciones han sufrido daños variados por parte de mascotas y viandantes. En una comisión informativa se supo que había sido necesario proteger los pequeños jardines colocados con una pequeña inversión en forma de vallados, con una malla baja de protección. El motivo es que no se estaban respetando las plantaciones y los carteles de «prohibido orinar» por viandantes así como por perros cuyo orín ha secado las plantaciones afectadas, toda vez que se han robado plantas que hubo que reponer.

Al tiempo, se han ido conociendo nuevos actos vandálicos contra arbolado y jardines. En pocas semanas han trascendido multas a dos grupos de personas que arrancaron árboles y a varios que han estado pisoteando jardines municipales.

Entre el millar de actos vandálicos que registra cada año la ciudad, orinar en la vía púbica (también defecar o escupir) se lleva la palma, pero el número de infracciones por dañar o arrancar flores, plantas y árboles va en aumento: cuando acabe 2024 se habrán superado de largo las tres sanciones del año pasado por este motivo.

En paralelo, los vallados empezaron a extenderse por varios puntos de la ciudad donde se había actuado para plantar nuevas zonas verdes. No se han protegido todos, pero sí aquellos que eran susceptibles de daños.

Así, están vallados casi todos los del tramo central del LIFE, pero no las plantaciones que se hicierion en el paseo de los Comuneros; también están protegidas las zonas verdes detrás de San Juan de Sahagún, pero no el tramo del LIFE en Torres Villarroel; y por último se ha actuado en la última plantación realizada en el parque de La Alamedilla, donde se han protegido algunos pequeños árboles y varias zonas, pero no todas: sí lo están las más próximas a los paseos o a una fuente pública, pero no las que rodean las estatuas.

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