Borrar
Puerta del domicilio donde la víctima estuvo secuestrada J.M. García
El policía que liberó a la joven secuestrada en Salamanca: «Nunca he visto un caso como este»
En primera persona

El policía que liberó a la joven secuestrada en Salamanca: «Nunca he visto un caso como este»

Desde dentro del operativo. Un agente de la Policía Nacional relata los momentos previos, el durante y las consecuencias emocionales de un suceso así

Viernes, 16 de agosto 2024, 15:02

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Horror. Pocas palabras pueden llegar a definir lo que ocurrió el pasado lunes, 12 de agosto, en Salamanca. Un varón de 29 años y su madre fueron enviados directamente a prisión tras retener a la pareja de éste durante un mes atada de brazos y pies a una cama. El estado de insalubridad que la buhardilla desprendía es una las cuestiones que más repite en su relato uno de los seis agentes de la Policía Nacional presentes en la operación. «Nosotros también somos personas. Yo nunca había visto un suceso de violencia de género así en Salamanca», remarca en una conversación con Salamancahoy.

Desde la «tranquilidad» de su casa, la calma tras la tempestad, revive precisamente eso, una de las mayores tempestades a las que ha tenido que enfrentarse como Policía Nacional y que no será nada fácil olvidar. Aunque lo más importante es que la víctima hoy duerme junto a sus padres, sana y salva; viva.

Policía Local, Policía Nacional y Bomberos trabajaron juntos en el dispositivo que logró rescatar a la víctima, después de que una vecina diera la voz de alarma tras escuchar gritos de auxilio. Además, como confirma el agente entrevistado, el hermano de la joven también había hablado con ellos, por lo que estaban advertidos de un posible caso de violencia de género. De hecho, sobre el detenido consta una denuncia previa.

«En la Comisaría se fomenta la formación para tratar de solucionar de la mejor manera posible este tipo de situaciones», cuenta. «En un primer momento, lo que importa es la víctima. Intentamos tranquilizarla, hacerle ver que ya ha pasado, que está bajo control, que está con nosotros y que desde ese momento no le va a pasar nada. Acaba de vivir una situación muy traumática y recabar la información requiere ir poco a poco y siempre y cuando ella se sienta preparada».

El relato en primera persona

Entre comillas y sin interrupciones el relato completo:

«Una vez dentro, lo primero que percibimos es el fuerte olor a orina, visualmente mucho descontrol. Había un desorden bastante importante. Fuimos por las diferentes dependencias de la casa sin localizar a ninguna persona. Pero en un momento dado vemos una pequeña puerta de lo que pudiera ser un armario y daba a la parte superior del piso. Una escalera muy estrecha y empinada. No advertimos nada. La escalera daba a una habitación totalmente diáfana, en la que no había ningún mueble, no había nada. Sin embargo, en le fondo de la misma vimos una pequeña puerta. Accedimos a ella y localizamos a dos personas. Al captor y a la víctima».

Apenas se veía nada y el calor era sofocante, por lo que tuvieron que desplazarse a un lugar con mayor luminosidad. Con una sola mirada a la víctima, advirtieron su estado: «Sus marcas en muñecas y tobillos reflejaban que había estado fuertemente atada. También tenía varios golpes en la cara y en el rostro, además de en ambos brazos».

«En cuanto nos vio rompió a llorar»

Rápidamente fue trasladada al Hospital de Salamanca pero, ¿cuál fue su primera reacción? «Ella se rompe a llorar. Ella se vio liberada y fue en ese momento cuando descargó toda la tensión acumulada durante tanto tiempo y que había pasado».

Una vez atendida la víctima, el foco se centra en los culpables. «En un primer momento aseguramos al captor, procedemos a identificarlo y, a partir de ahí, se le detiene, además de a su madre, quien fue la persona que nos permitió el acceso a la vivienda», finaliza.

Situación «extrema» nunca vista

Trata de dejar a un lado su faceta más profesional. «Somos servidores públicos, pero también personas, estos sucesos nos afectan, aunque estemos acostumbrados», reconoce. «Nunca he visto un caso como este, por lo menos en Salamanca. Al final, los casos de violencia de género son muy dispares. Hablamos desde pequeñas discusiones, agresiones o el caso que nos ocupa que va más allá.

El hecho de encontrar un caso como este, a una persona con este tipo de lesiones... la verdad es que te llega dentro«.

«Nunca he visto un caso como este. La verdad es que te llega dentro»

¿Cómo se supera? «Al final... por desgracia te vas haciendo a estas situaciones, lo superas como puedes, aunque casos como este, repito, te llegan un poquito más. Ahora está todo muy reciente y estamos haciendo autocrítica para que en futuras intervenciones demos una respuesta incluso mayor, mejor y más profesional. Es algo que seguimos tratando dentro de comisaría».

Mención especial a la llamada de la vecina

¿Qué recomendaría a una persona que intuye que puede estar ante esta clase de sucesos y no sabe si acudir a la Policía? «Este caso es un gran ejemplo. La colaboración ciudadana ha sido imprescindible para dar con la persona y liberarla. En el momento en el que escuchen cualquier tipo de grito o petición de auxilio que no duden en llamar porque comprobaremos los hechos y actuaremos», finaliza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios