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Un octubre de extremos es lo que ha vivido Salamanca: de temperaturas de pleno verano a un final de mes más cerca del invierno. La provincia daba la bienvenida al otoño con valores propios de un mes de julio y durante la primera quincena, hasta en trece días los termómetros se elevaban por encima de los 30 grados. Unos datos anormalmente altos que han hecho que la AEMET defina este mes en la zona como «extremadamente cálido».
Una excepcionalidad que ha hecho que se bata el récord de temperatura máxima absoluta en un mes de octubre en Salamanca con 34,6 grados el día 1. El dato más alto hasta el momento correspondía a 2017 con 31,5 grados. Además, durante siete días consecutivos los valores han estado por encima de los 30 grados, hasta diez grados por encima de los valores anotados el pasado año en las mismas fechas.
No sólo las temperaturas máximas han sido excepcionalmente altas, también las mínimas en esas primeras semanas de octubre eran anormalmente elevadas. Casi el doble de lo que se registraba hace tan sólo un año -que también fue calificado como «extremadamente cálido» por la AEMET- en Salamanca. Unos valores que ponían en un aprieto al termómetro y que dejaban por tanto, una temperatura media también especialmente alta: durante esos quince días iniciales los valores fueron 2 grados más altos que el año anterior.
Sin embargo, al cálido y apacible mes de octubre le esperaban varias borrascas que hacían que los termómetros se desplomaran en 48 horas hasta 10 grados. A partir de mediados de mes los termómetros comenzaron a descender con la llegada de 'Aline', la primera gran borrasca de la temporada. A partir del día 18 los valore sse colocaron por debajo de los 20 grados y las mínimas comenzaron a caer.
20 grados
se han desplomado las máximas entre los primeros y los últimos días del mes
Después de 'Aline' llegó 'Bernard' que dejó el día más frío del mes con máximas de 13 grados y mínimas que no superaron los 6 grados. Finalmente, octubre se despedía con 'Celine' que dejaba, además del abrigo como prenda obligatoria, el paraguas como complemento imprescindible. Esa segunda parte del mes con un descenso tan drástico de las temperaturas hacía que, a pesar del verano inicial, la temperatura media fuera incluso unas décimas más baja que la del año anterior. 17 grados en 2023 frente a los 17,4 grados de 2022.
El otoño se ha hecho de rogar pero cuando ha llegado a entrado con mucha fuerza acompañado de virulentas borrascas. Un balance que deja un mes «muy húmedo» según la clasificación de la AEMET con el sur de Salamanca liderando los valores más elevados al alcanzar los 400 litros por metros cuadrados sólo en la segunda quincena. Uno de los puntos más afectados por el temporal era La Covatilla donde en un sólo día, el pasado 26 de octubre, se superaron los 74 litros por metro cuadrado.
Doce de los 31 días del mes han obligado a los salmantinos a estar provisto de un paraguas. La segunda quincena ha sufrido tres grandes borrascas y hacía que se cerrara el mes con 73,8 litros por metro cuadrado caídos en la capital, lo que supone la tercera parte aproximadamente de los casi 240 que ha recibido a lo largo del año. El pasado año, en octubre, llovió un día menos, solo 12, en la capital charra, aunque las precipitaciones comenzaron antes, el día 9. También fue el día 19 el que más llovió, incluso más que en el mismo día del 2023, ya que se llegó a 21,4 litros por metros cuadrado.
La Covatilla, por su parte, también batía récord al registrar en un sólo día hasta 94,6 litros por metro cuadrado y casi alcanzar los 100 litros por metro cuadrado el día 19. Las cifras registradas en La Covatilla este mes de octubre son muy superiores a las de 2022, cuando solo llovió en 13 jornadas, a partir del día 16, y las precipitaciones por lluvia alcanzaron los 309,3 litros por metro cuadrado
Las fuertes rachas de viento ha sido, probablemente, lo que más ha preocupado y afectado a la provincia. La Covatilla llegaba a alcanzar rachas de hasta 150 kilómetros por hora que colocaban a la zona como una de las más atizadas por el temporal en el país. La última semana,la borrasca 'Celine' pintaba de amarillo la provincia por ese aviso que lanzaba la AEMET ante las fuertes previsiones de viento.
Lo cierto es que no falló en las previsiones y tanto la provincia como la capital han vivido un cierre de mes marcado por las incidencias con el viento. Árboles caídos, objetos volando y hasta paneles de una gasolinera tirado por el viento. Un temporal que ha afectado con dureza a la zona y dejaba más de cien emergencias en Salamanca por los efectos del fuerte viento.
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